Panorámica. Más de 20 agrupaciones marcharon con sus ropas tradicionales.

Ellos con sus pilchas gauchas y ellas con impecables vestidos; los integrantes de más de 20 escuelas y talleres de San Juan y distintas provincias del país dieron por inaugurada la 1ra edición del Festival de Folclore de Adultos San Juan Danza, ayer, protagonizando un emotivo desfile. A partir de las 18, la Ignacio de la Roza se tiñó de colores con las compañías que marcharon al ritmo de la Banda de Policía de San Juan, recorriendo los laterales de la Plaza del Bicentenario hasta Las Heras, donde el público observó al costado de la avenida y desde el Puente Cívico, el acontecimiento que sumó niños y jóvenes animado por Luis Paredes.

La previa. Un ballet de La Rioja cantó chayas para amenizar la espera, en medio de aplausos.

Con la organización de Darío González, director del ballet Remanso Dorado perteneciente al Centro de Jubilados homónimo, la previa comenzó temprano. Entre risas y a través del canto, los adultos mayores se fueron conociendo mientras ultimaban detalles en sus trajes, ponchos, mantas y todo tipo de accesorios, para que nada quedara librado al azar, ni siquiera los banderines. 

La amistad. Luego de hacer su paso, cada grupo hizo barra por los otros para afianzar lazos.

Y aunque el sol fue cediendo lugar a una brisa fresca; el entusiasmo, la alegría y el orgullo de los participantes puso calor a la reunión. Los jubilados del Ballet Folclórico de la Asociación de Maestros y Profesores de La Rioja, musicalizaron la espera con chayas que interpretaron al son de sus cajas. 


Otros de los atractivos, fueron los dos carros de la Asociación de Carruajes Antiguos. "¿Hasta dónde van, chicas?", dijo galante un gaucho, en uno de lo coches tirados por caballos, provocando la picardía de las mujeres.

>


Así, sanjuaninos, chaqueños, cordobeses, jujeños, mendocinos, santafesinos y provenientes desde el conurbano bonaerense; entre otras ciudades, formaron parte del encuentro en el que los tonos rojos, azules, celestes, verdes, amarillos, marrones y grises, confluyeron en una tarde multicolor en la que quedó demostrado que la edad es lo de menos.

fotos: Marcos Urisa