La potente apertura del 53er Festival Internacional de Viña del Mar en Chile, el miércoles, con Luis Miguel y Diego Torres tuvo repercusiones en ambos lados de la cordillera. En tanto, el homenaje a su animador Felipe Camiroaga, quien falleció en septiembre de 2011 en un accidente aéreo, provocó la ovación masiva de los más de 15.000 espectadores.

Por cuarta vez en la Quinta Vergara, Luismi fue premiado por el público con las gaviotas de plata y oro, además de la gaviota de platino, siendo el único artista en alzarse con este galardón. El monstruo (como se llama a la gran platea chilena en este encuentro) olvidó los aires de divo y las excentricidades del Sol de México para rendirse a sus pies. Con una receta en la que mezcló sus baladas con temas pop bailables, el artista volvió al anfiteatro que pisó por primera vez a los 14 años y al que no regresaba desde 1998.

Por su parte, luego de sus actuaciones en 1996, 2003 y 2005, y haciendo la previa al mexicano, el argentino conmovió con su versión de Muchacha ojos de papel en honor a Luis Alberto Spinetta y también rindió tributo a Mercedes Sosa. Horas antes del show, al ser preguntado sobre la actitud distante de su colega azteca, Diego afirmó que él "es así y la gente lo aceptó así".