El color del atardecer irradió magia por las erosionadas formas que presentan los cerros de Zonda y por su parte, los violines de Pequeña Ala – Imagen del Sonido, repartieron dulces melodías en un espacio ideal donde confluyeron la música con la naturaleza. Sobre la llamada Quebrada de Juan Pobre, los 23 artistas de diferentes edades (desde los 5 hasta los 50 años) que conforman el elenco, realizaron un espectáculo con un escenario natural insuperable. El grupo interpretó piezas infantiles y obras clásicas de Bach y Haydn. Además, ejecutaron la pieza "Fantasma", composición propia del taller de violín que es dirigido por el profesor Guillermo Heredia. La idea de tocar en un espacio natural residió en: "este grupo de alumnos de violín están aprendiendo la contextualización de hacer música en un medio cultural. El violín está vinculado a la cultura europea y en espacios selectos; de manera que queremos hacer una ruptura de eso", dijo el profesor. "Estuvimos preparando este concierto a lo largo de un año y medio de estudio en el curso. Es un desarrollo veloz en tiempo y en calidad’, agregó. Entre cada intervención instrumental de los protagonistas del show, el aplauso de los padres no se hizo esperar. Muchos familiares llegaron con viandas, conservadoras, mate y bebidas para acompañarlos en una agradable tarde de cultura en contacto con la naturaleza sanjuanina. (Ver galería de imágenes en www.diariodecuyo.com.ar)
Dulces melodías en las montañas

