Revivió en julio de 1997, con Plácido Domingo en una puesta operística en el porteño Teatro Colón y desde entonces no volvió a hacerse en el país (volvió al mismo escenario en junio de 2007, pero en versión concierto, con el tenor José Cura). El paréntesis se cerrará el próximo sábado, cuando por primera vez en la provincia, de manera completa, la Opera de San Juan suba a escena a Sansón y Dalila en una producción con proyecciones, vestuario y escenografía, en el Auditorio J. Victoria (la cita es a las 22, con entradas de $50, $100, $150, $200 y $250, y se venden en la sala, Farmacia Echegaray, Café de la Opera y en www.autoentrada.com)
Creación de Camille Saint-Saëns ("el más grande organista del mundo’, según Liszt; "el más grande compositor francés vivo’, para Wagner), la pieza se estrenó en 1877 con libreto de Ferdinand Lemaire. Al principio no gustó. Sólo obtuvo el apoyo de Liszt, quien tuvo a su cargo la dirección en su debut. Y no se presentó en Francia sino hasta 12 años más tarde, cuando lo hizo en Ruan. Recién, en 1890, llegó al Teatro Eden de París, donde se convirtió finalmente en una obra maestra de la ópera bíblica francesa
Basada en los relatos de los capítulos 13 al 16 del Libro de los Jueces, se sitúa en la época en que los judíos eran oprimidos por los Filisteos. En ese tiempo, una mujer recibe la visita de un ángel que le dice que su hijo liberará a su pueblo, aunque su debilidad sería el cabello. Así nace la historia de Sansón, quien al revelar por amor su secreto a la filistea Dalila, es entregado por ella a sus enemigos. Humillado y hambriento de venganza derribará las columnas a las que está encadenado, en un final de película.