En una extraña mezcla de congoja y alegría, de rito y de fiesta; miles de fervorosos admiradores poblaron ayer las barandas del canal Cacique Guaymallén junto al puente de la vieja calle Larga (hoy Pedro Molina, frente a la casona-museo que recuerda la primera fundación de Mendoza), cuando a las 18.30, familiares de Mercedes Sosa esparcieron sus cenizas sobre las aguas que ahí, justo en las veredas del barrio de la Media Luna -donde vivieron la Voz de América y su marido Oscar Matus- doblan briosas hacia el desierto rumbo a las Lagunas. Se cumplía así el deseo de la artista de América, que parte de sus cenizas siguieran el mismo derrotero de las de su marido Oscar -no sólo su esposo sino también padre de Fabián, además de uno de los impulsores, junto con la cantante tucumana, del movimiento Nuevo Cancionero Cuyano-, cuyas cenizas también habían sido arrojadas por sus amigos al Gran Canal, en el puente de la Media Luna. Hubo un brevísimo silencio cuando las cenizas de la Negra volaron abierta la urna, para viajar luego sobre las aguas. Y al unísono volvieron los gritos y cantos que la vivaban, ya símbolo y cultura.
Su figura había comenzado a ser despedida una hora antes, en el patio del Museo de la Fundación -donde nació la primera ciudad fundada por Pedro del Castillo- frente mismo al Gran Canal. Ahí se congregaron varios miles de admiradores, folkloristas y vecinos fervorosos, convocados por el recuerdo de La Negra. Hubo poemas, canciones y bailes bajo la sombrilla musical de los temas que ya son la esencia misma de Mercedes y que estarán unidos a la historia del folklore.
También hubo mensajes que recordaron a Mercedes durante su vida en Mendoza -entre 1957 y 1963-, los días de pobreza y música, de la mano de las guitarras de su marido, del célebre Armando Tejada Gómez (Canción con todos, con Isella), Tito Francia (excelso guitarrista), Carlos Alonso y hombres de la política como Benito Marianetti y Angel Bustelo. "Pocho" Sosa cantó para el recuerdo de su amiga y Jorge Sosa (periodista, poeta, amigo) la conmemoró con un poema que crispó la piel de los presentes.
El encuentro -que contó con la presencia del gobernador Celso Jaque, entre otras autoridades- fue informal y emotivo. Reunió no sólo a miles de familias mendocinas, sino además, a amigos y parte de la familia directa de Mercedes Sosa, estaban sus hermanos Fernando y Orlando Sosa, su sobrino Jorge Luis "Coqui" Sosa y su hijo, que junto al cantante mendocino "Pocho" Sosa y los músicos que acompañaron toda la vida artística de la "Negra", le echaron mano al cancionero popular que tanto le gustaba compartir a Mercedes con sus amigos cuando visitaba la provincia, e interpretaron canciones como Cochero en plaza, Calle Angosta y Lunita Tucumana, para luego caminar unos 100 metros hasta el puente del canal donde arrojaron los restos de La Negra.

