Estrenada en 1981, "Decir sí" marcó un giro en la producción de Griselda Gambaro. Fue especialmente a partir de esta obra que la reconocida dramaturga retoma el poder de la palabra -y de su ausencia- como "productoras de situaciones dramáticas". En esa línea transcurre la historia, sobre un escenario despojado, donde se encuentran dos curiosos protagonistas -un peluquero y su cliente- apenas acompañados por un sillón, un par de objetos y una luz que nada casualmente cae sobre ellos y los expone ante los ojos y oídos del público.

A lo largo de unos 40 minutos se va tejiendo una extraña relación entre estos personajes, que seguramente también comenzará desconcertando al público que hoy a las 22.30 se de cita en El Avispero Escénica, para ver esta pieza actuada por Emiliano Voiro y Claudio Salis Neyem, y dirigida por Gustavo Lorenzo, integrantes del elenco "Somos los que estamos".

Con una temática que bien encaja en la propuesta general, "Decir sí" forma parte de "30.000 – II Festival Provincial de Teatro de la Memoria"; que concluye hoy con una serie de actividades (desde las 18, taller, teatro y música).

Metáfora y hasta símbolo de poder y sometimiento, muestra "una relación patológica, donde no hay un culpable, sino dos, porque los dos son responsables de construir una relación enferma, porque el sometido permite el sometimiento y da entidad a quien lo somete", explica el director, debutante en este rol, y que de modo intencional coloca a la platea muy cerca de los actores.

"Es un ambiente intimista que ayuda a que la gente se involucre con la situación. El público está próximo, pendiente de cada detalle, de cada gesto, hasta del sudor del actor. La escena está ahí, mirá, hacete cargo", dice Lorenzo, ilusionado con que la obra mueva a la reflexión.