Son acróbatas, gimnastas olímpicos, malabaristas, actores y bailarines. Aunque tengan diferentes disciplinas, juntos confluyen en algo más que un elenco artístico, sino en una gran familia rodante. Permanece gran parte del año de gira en gira. La mayoría de las ocasiones deben recorrer tantos kilómetros de provincia a provincia, que usan un motorhome para trasladarse. Para ellos, cada ciudad donde visitan es un mundo nuevo por descubrir. Así es la vida de los jóvenes de La Arena, la compañía-escuela que trabaja desde 1992 trasladando las nobles artes del circo de carpa a las tablas del teatro.
El tándem se destacó de manera impactante para la inauguración del Festival Internacional Teatro Arriba, este martes pasado a sala llena, con su espectáculo Sanos y Salvos. Se trató de una puesta con la estética de un circo moderno en donde prevalece la destreza física de 15 artistas en escena entre acróbatas y músicos dirigidos por Gerardo Hochman. Anoche repitieron su función, pero en los días que estuvieron preparando esta fabulosa obra adaptada para la sala del Teatro Sarmiento, el staff pasó horas intensivas entre ensayos y entrenamientos físicos, por un lado y por otro disfrutando la grata estadía por San Juan.
Mariano Carneiro es uno de los integrantes de la compañía siendo el clown llamado Picú, que en cierta forma es el encargado de unir los hilos escena por escena de la propuesta que fusiona teatro, acrobacia, danza, humor y música en vivo. El actor, explica desde adentro cómo es la vida ‘gitana y rodante’ que lleva la compañía. ‘En cada lugar que montamos nuestras obras, debemos ajustarnos todo el tiempo. Ver cómo colgar los aros, cómo manejamos la rueda. Qué nuevos elementos podemos inventar. La entrada de los personajes. Todo eso hace que estemos con mucha adrenalina a flor de piel antes de actuar. Es como si fuera nuestro debut en el escenario’, dijo Carneiro.
Sobre La Arena, iniciada por Gerardo Hochman, ‘es una de las primeras troupe del nuevo circo en el país. Es una nueva manera de ver circo, incorporando música original, coreografía, iluminación y toda la impronta teatral. Somos todos de una escuela que bien no sabemos para dónde va, eso es lo interesante, porque no tenemos un destino planificado, sino que nos vamos haciendo a medida que se nos presenten los desafíos’, definió el clown.
Su base de operaciones se encuentra en Buenos Aires, pero para el plantel de artistas, la ruta es su tránsito más cotidiano. Incluso el grupo es abierto a la mixtura cultural, ya que entre sus filas se encuentra Camille Bastos, de Brasil, especialista en gimnasia rítmica quien hasta nutre a todos con sus movimientos de capoeira cuando hay un recreo durante los ensayos. Siguiendo el espíritu del Festival Teatro Arriba, la compañía recorre ciudades con espectáculos de primer nivel como Travelling, Fulanos y Reel, algunos que se suman a su repertorio, incluyendo participaciones especiales en Tecnópolis con Avalancha. ‘Todo queda en familia, una familia itinerante que se pasa veranos e inviernos viajando bastante kilómetros. En muchos casos nos trasladamos con todo en el motorhome. Pero también usamos camiones, por ahí nos tocó viajar en avión. Somos gitanos rodantes’, relata Mariano. Incluso, varios de los chicos se vienen con los hijos, como el caso de Mané Stancato, quien trae a su pequeño Leo (de 1 año y medio). Mientras su madre vuela con el impulso de los aros, su hijo juega, gatea y se divierte con los demás miembros del elenco. ‘Es el mimado del grupo, somos un chorro de baba. Todos nos ponemos pendientes a qué hora se despierta, cuándo tiene que dormir y nos turnamos para darle de comer y cambiarle los pañales. Es uno más de nuestro elenco’, contó Mariano.