FOTOS DANIEL ARIAS

Único exponente del arte icónico bizantino en la actualidad, Fernando Loré promueve esta disciplina desde hace años para que el sanjuanino pueda descubrirla y abordarla. Con esta finalidad, este mes dictará talleres gratuitos a la comunidad, en tanto que desde el miércoles su obra estará expuesta en la cripta de la Iglesia Catedral que reabrirá en el marco de la inauguración de la primera etapa de sus arreglos en Semana Santa.


Musicoterapeuta de profesión, hace dos décadas, Loré dio sus primeros pasos en la provincia con una iconografista que arribó a la provincia. Desde ese entonces, el creador se dedica a la difusión del arte que se conoce formalmente con el nombre de Iconografía Bizantina, nació en el siglo VI en el Imperio Bizantino y alcanzó su máximo esplendor en el XIV y XV ruso, para arribar a Latinoamérica recién en el siglo XXI. 

La Virgen del Cáliz Inagotable, con temple al huevo sobre levkas -preparación que se le pone a la tabla- y pigmentos naturales. 


"Tengo talleres de gente que continúa especializándose en la iconografía y personas que se suman permanentemente. ¡Ojalá! podamos ser más lo que pintemos de manera profesional. Es un arte que no es difundido ni siquiera entre los artistas visuales', manifestó quien se dedicaba a pintar al óleo cuadros en grandes dimensiones hasta que se encontró con la Iconografía en la búsqueda personal de una unión "entre el arte y la oración', como evocó acerca de sus inicios.


"Yo pintaba y formaba parte de una comunidad de laicos, y encontré esta actividad donde cada forma, color y gesto tiene un significado particular', señaló el referente local acerca de esta estética de la espiritualidad que gira en torno a la realización de imágenes religiosas que tan comúnmente se aprecian en las Iglesias y ocultan un meticuloso trabajo detrás.

La Sagrada Familia


"Esto me lleva a vivir la vida de otra manera. Aquí se pinta la luz y no la sombra. La idea es tener una mirada transformadora de la vida, mirando siempre la luz, la vida y lo positivo, no lo negativo', apuntó el autor de una serie de piezas que son adquiridas por encargo por interesados de San Juan, Córdoba, Mendoza y Buenos Aires.


Con cánones propios milenarios y el uso de herramientas específicas desde sus pinceles de pelo de ardilla hasta los pigmentos naturales obtenidos de piedras molidas, la yema de huevo y las láminas de oro, aquí las formas deben respetar las figuras al igual que las tonalidades -el oro, el blanco, el negro, rojo, púrpura, azul, verde y marrón son los únicos colores que pueden manejar, establecido según el Concilio II de Nicea-. De este modo, ya el abordaje del entelado de la madera como una manera de conservar la pintura y como símbolo de la mortaja de Cristo, es parte de la ciencia. 


"Desde el momento que pisa la madera, el iconógrafo comienza a rezar por las personas que van a ver la imagen que está cargada de simbolismo, no sólo del proceso, sino de la intención de oración de su autor. Los íconos conllevan la oración de quien los pinta', explicó el hacedor que continúa perfeccionándose de manera presencial y online con la maestra Natalia Gort Chacov en Buenos Aires. 

San José y el Niño


Pero para aproximarse a este modo de trabajo, los componentes no son de fácil acceso. Es así que, para desempeñarse en sus obras, Loré debe mandar a pedir el material a fábricas de Italia. "Es un arte caro. El material debe comprarse en Europa porque no se encuentra en el país. No es un arte popular como una imagen de yeso', manifestó en referencia al método de creación donde se aplican láminas de oro en las superficies que deben ir doradas y se emplea una emulsión de yema de huevo con vino blanco seco necesaria para unir los pigmentos y llevarlos a la tabla -ya preparada con una especie de yeso llamado levka- en trasparencias según la tonalidad que se requiera.


En analogía con la vida espiritual, el método arranca desde el color más oscuro para finalizar con los más claros, ya que como destaca Loré "no es una pintura al óleo'. "Se parte de la oscuridad para terminar pintando la luz en un proceso que va de la muerte a la vida, de la muerte a la resurrección', agregó en relación a la significación del procedimiento.


¿La particularidad de la iconografía? "Es que trasciende lo individual, los íconos no se firman. Acá se busca la representación de Dios, para terminar rezando. La Iconografía representa la luz divina', explicó el maestro sobre la actividad donde el énfasis está puesto en la visión de Dios y no en el reconocimiento del artista, como aclaró el encargado de fomentar este arte en San Juan "para que más gente pueda encontrar un modo de oración a través de la imagen y la pintura', reflexionó. 


TALLER Y MUESTRA

Destinados a personas con o sin conocimientos en dibujo y pintura, Loré desarrollará sus talleres hasta el 28 de abril, martes y jueves, de 18 a 20, de manera gratis, con materiales incluidos y cupos reducidos, en Mendoza y Pedro Echagüe (información e inscripciones al cel. 2644594805). Además, algunas de los íconos del hacedor estará exhibidos en la cripta de la Catedral desde el miércoles próximo.