FOTOS MARCOS URISA

Después de meses de trabajo en una ardua investigación, recopilación y catalogación, llegó finalmente el gran día de inauguración de la muestra "Sugo Escultor: Tradición, Ensayos y Legado", que coincide precisamente con el aniversario de los 20 años de fallecimiento de Miguel Ángel Sugo. Durante el acto inaugural celebrado anoche en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, que contó con la presencia de numerosos invitados, entre los cuales se encontraban miembros de la familia Sugo y otras personalidades destacadas de la cultura provincial y nacional (por ejemplo Daniel Santoro que expuso sus obras en la Sala 2 y Mariana Juárez en la Sala 3) mezcladas entre otros espectadores, jóvenes y adultos. La Sala 1 fue un punto nodal para el público a la hora de acercarse y observar la propuesta artística. La muestra contiene unas 61 piezas escultóricas de variadas dimensiones. Algunas son maquetas y modelos a escala; y otras son réplicas de esculturas que se encuentran en monumentos de parques públicos. En un rincón, hay un vitral donde se pueden apreciar bocetos, dibujos, manuscritos, memorias y dossiers de la producción general del artista uruguayo, radicado en San Juan. 

En todo este recorrido visual, donde se cruza la figuración, la abstracción, el naturalismo y el americanismo, entre otras corrientes e influencias, lo que más llamaba la atención de los visitantes fue en el centro del espacio, a los próceres como Laprida, San Martín o Ignacio de la Roza, fracturados en trozos dispersos en varios bloques. Emanuel Díaz, director del Museo Franklin, dio su apreciación a este medio sobre el contenido de esta muestra. Para él, "es un rescate histórico. Cada pieza puesta aquí, encierra un diálogo interno y externo, propone una lectura hacia un artista que todos conocemos", dijo el funcionario. Entre las obras, estaban presentes los curadores, Silvina Martínez y Eduardo Peñafort. La artista plástica contó sobre el resultado de un largo proceso investigativo: "Nos sorprendimos porque había facetas de su estilística que no conocíamos. Y sentimos alegría por descubrir muchas obras más, no creemos que esto acabe". Por su parte, Peñafort dijo: "La gran sorpresa fue ver la medida en que Sugo está enraizado en la sociedad sanjuanina. Lo que hacemos es recuperar un sentir que nos excede para poder dar una imagen unitaria de toda la obra. Es fundamental descubrir todos sus misterios". Mientras que Miguel Ángel Sugo (hijo) expresó desde lo afectivo la gratitud por lo realizado: "Es un milagro, al ver el compromiso de todas las instituciones y las personas que aportaron para esta muestra. Me deja muy emocionado y si el espíritu de Don Sugo anda por aquí, sin dudas le tocará el hombro a alguien que venga a ver la obra". Los tres coincidieron en que se trata de una deuda pendiente a la memoria de un artista, considerado por muchos hacedores locales un maestro. Además, pronto se conocerá el lanzamiento de un libro impreso conteniendo el catálogo completo de la producción de Sugo.

 

 

El público pudo apreciar los detalles de cada figura en miniatura como la del Cacique Pismanta o de escenas del pesebre cristiano o la Difunta Correa.

 

Participó el Coro de Niños y Jóvenes de la UNSJ con una intervención musical.

 

También Miguel Sugo (hijo), Eduardo Peñafort y Silvina Martínez, ambos a cargo de la curaduría, compartieron una emotiva inauguración.