79 días de internación en el Hospital Italiano. Silvina Luna luchó para seguir viviendo, sin embargo, no alcanzó. La insuficiencia renal y la hipercalcemia que estaba tratando -consecuencia de la mala praxis que una cirugía estética realizada en 2011 por el polémico cirujano de famosos Aníbal Lotocki- trajo consigo otras complicaciones con efectos irreversibles, por lo que ayer fue desconectada. La noticia de su fallecimiento -ocurrido el jueves, a sus 43 años- fue confirmada por la Asociación Argentina de Actores y ocasionó un impacto profundo en la comunidad artística argentina. Con una publicación en la cuentas oficial, el gremio despidió "con profunda tristeza" a la artista y envió sus condolencias "a sus familiares y seres queridos en este momento de gran dolor".
La modelo rosarina había sufrido una infección bacteriana que le impedía realizarse el transplante de riñón que tenía programado, puesto que ya requería diálisis varias veces por semana. Por si fuera poco, también contrajo coronavirus en las últimas semanas. El panorama decantó en la decisión de los médicos de que la paciente regresara a la sala de terapia intensiva. El peor final, que sobrevolaba especialmente en las últimas horas aunque nadie se atrevía a mencionarlo, conmocionó a seguidores y a todo el mundo del espectáculo, ya que Silvina se había ganado su cariño y respeto.
Cuando fue ingresada a principios de junio pasado al hospital, Silvina había hecho un video a sus fans, en el que contaba que tenía la esperanza de conseguir salir del infierno que pasaba: "Un nuevo camino al trasplante. Por ahora viene todo perfecto. Contenta con eso. Ya empecé otro camino que me tiene entusiasmada, que es el camino para combatir esta bacteria", había dicho en su posteo.
El caso de Luna se suma a otros que tienen como protagonistas a pacientes atendidos por Lotocki, entre ellos otro que también terminó en una fatalidad. Hace dos semanas falleció a los 49 años el estilista y mediático Mariano Caprarola, que integraba el ciclo "La jaula de la moda" de la señal Ciudad Magazine, y que poco tiempo antes había manifestado públicamente que vivía serias complicaciones en su estado de salud como consecuencia de una intervención de Lotocki.
En febrero de 2022 el cirujano fue condenado a 4 años de prisión por el delito de lesiones graves contra Silvina, Gabriela Trenchi, Stefanía Xipolitakis y Pamela Sosa. La misma condena implicaba la inhabilitación para ejercer por 5 años la medicina. Sin embargo, como la condena no está firme -por la burocracia judicial-, ni la prisión ni la prohibición de ejercer tareas profesionales se llevaron a cabo. Tras la internación de Luna, el fiscal Abraldes insistió con la inhabilitación a fin de evitar nuevas víctimas. Los jueces de la Cámara de Casación hicieron lugar a ese pedido. La mala praxis ejercida por Lotocki a sus pacientes fue por la intoxicación de metacrilato que introdujo con el fin de mejorar estéticamente partes del cuerpo. El polimetacrilato (PMMA) es un producto sintético compuesto por microesferas de acrílico y, en medicina, se utiliza la resina de este plástico para la fabricación de prótesis óseas y dentales. Pero en Argentina, el uso del metacrilato está prohibido desde 2001 en determinadas cirugías, como aumento de glúteos o pantorrillas, por el alto riesgo que tiene de presentar complicaciones en la salud. Los efectos son altamente contaminantes para el organismo humano, puesto que la migración de las microesferas a determinados órganos produce embolias pulmonares, insuficiencia renal o cardíaca y cansancio generalizado.
Lamentablemente, el precio por alcanzar el canon de la "belleza perfecta" o "el cuerpo ideal" que todavía impera termina siendo muy alto, pero especialmente cuando intervienen personas inescrupulosas, tal como señalan las damnificadas por el cirujano, que públicamente piden justicia. Un clamor que desde ayer se extendió y se hizo más fuerte. Sin velatorio, hoy a las 11 despedirán sus restos en el panteón de actores del cementerio de la Chacarita.