Un clásico predecible: terminada la pompa de los Oscar, quedan sus contradicciones (o el inevitable análisis residual). Es que la 83ra. entrega de las estatuillas (al igual que sus antecesoras) gestó sensaciones dispares en su conceptualidad y obliga replanteos traumáticos, más allá de la estoica felicidad de los premiados (ver foto).

Si bien esta edición resultó saludable en varias instancias -sobre todo en la tónica de humor y el merecido multireconocimiento al "El discurso del Rey" (con 4 galardones y gran aplanadora de la velada, ver recuadro)-, su eterna duración (más de tres horas) nuevamente fue uno de sus grandes estigmas. En ese marco, la conducción de James Franco y Anne Hathaway propició desparpajo y frescura pero la dupla no logró sostenerse con eficiencia en su totalidad (por momentos resultaron predecibles y excesivamente guionados). Destino dudoso (como Franco vestido de Marilyn Monroe) que, además de mimetizarlos en "Lo que el viento se llevó" (entre otras homenajeadas), fue redimido por la vitalidad de Kirk Douglas. Con 94 pirulos, el papá de Michael apareció con bastón sobre el escenario y desterró la incertidumbre del binomio. "Me alegro de que hayas salido de la cueva", le dijo Kirk a Franco en alusión a su papel en "127 Hours". "Estás preciosa. ¿Dónde estabas cuando yo hacía películas?", prosiguió el veterano y tiroteando a Hathaway con aires de galán. El legendario intérprete le entregó a Melissa Leo el premio a la mejor actriz de reparto por su papel en "El luchador" y concluyó una presentación antológica.

Dentro de las obviedades, el reconto fúnebre (el momento de recordar en pantalla a los que se fueron) aportó, como siempre, el bálsamo perfecto para controlar los egos pero empañó sentimentalismo con la excesiva variedad del bloque musical -de la partida, Mandy Moore y Zachary Levi, con "Tangled", entre otros-. En otro costado menos forzado, la risa ostentó estelaridad y se lucieron en gags Kevin Spacey, Scarlett Johansson, Jude Law y Robert Downey Jr., entre otros. ¿La sorpresa actoral? Natalie Portman. Si bien tenía todas las de ganar, una gran parte de críticos no quedó a gusto con la premiación de la estupenda "El Cisne Negro", ya que la preferida era Nicole Kidman en "Rabbit Hole". ¿Las manos más vacías y/o decepciones? "Valor del rey", "127 horas' y la mexicana "Biutiful", hiper nominadas y cero premio.

Otra de las novedades de este año -favorables, en este caso, como la escenografía moderna- fue el equilibrio en la terna Mejor Película. La mayoría de las cintas fueron del género drama y presentaron increíbles producciones y vehemencia interpretativa. En fin, con equivocaciones y sabiduría -como la huella de Billy Cristal y Tom Hanks-, los innumerables "and the Oscar goes to..." corroboraron la importancia del lauro hollywoodense. Y también sus paradojas de siempre, claro.