La liquidación del imperio «Brangelina»–un patrimonio de 500 millones de euros– comenzó de manera inmediata tras el anuncio de divorcio de Brad Pitt y Angelina Jolie en septiembre del pasado año. Desde entonces, la actriz, directora y activista se había resistido a ocupar ninguna de las propiedades que en su día disfruto junto a su exmarido –casas en Hollywood, Malibú, Nueva Orleans o Nueva York y un chateau en el sur de Francia– y, en compañía de sus seis hijos, había optado por vivir de alquiler a razón de 89.500 euros al mes, en una casa-fortaleza de 400 metros cuadrados situada en las colinas de Malibú.

Ahora, parece que Angelina ha encontrado un lugar que cumple con sus expectativas para instalarse con su prole de manera definitiva. Se trata de una histórica mansión construida en 1913 a las afueras de Los Ángeles y que fue el hogar del legendario director y productor Cecil B. DeMillehasta su muerte, en 1959.

La propiedad cuenta con 6 dormitorios, 10 cuartos de baño, biblioteca, piscina y un idílico jardín. Jolie ha desembolsado la cifra de23,5 millones de euros por su nuevo hogar, el precio más elevado del ilustre vecindario, según informa «Hilton and Hayland».

Hasta la llegada de Angelina, era Lydia Hearst, una de las bisnietas del magnate editorial William Randolph Hearst, quien tenía la casa más cara, por la que en su día desembolsó 12,2 millones de euros. Ellen Pompeo, Casey Affleck, Natalie Portman, Lauren Graham o David Fincher son otros célebres convecinos de Jolie.