Marcelo Polino estuvo en Debo decir y sorprendió con revelaciones sobre su pasado. Contó, por ejemplo, que trabajó de mago, que vivió en España, que estuvo en pareja con la hija de Pipo Pescador y que nunca conoció a su padre.

 

"Crecí en Tres Arroyos. Mi mamá es Ethel. Tuve una infancia muy feliz. En el pueblo tampoco tenés mucha expectativa, más que la bicicleta, ir a jugar e ir al colegio, no pasaba nada. Yo soñaba con venir a Buenos Aires y trabajar en la tele. Yo pensaba que iba a ser feliz cuando trabajara en la tele", contó. Y luego agregó: "No hay nada más lejano a ser feliz que trabajar en la tele".

 

"Cuando vivís en un pueblo y ves la tele, y a Mirtha que comía, Sofovich, que regalaba plata y vos decís ‘quiero estar ahí, ese es el lugar de la felicidad’", dijo.

 

Contó que es hijo único y que vino a Buenos Aires después de que terminó la secundaria. "Yo quería ser famoso. No sé a qué venía, pero vine", explicó. Y siguió: "Primero viví en la casa de mis padrinos pero me dijeron ‘bueno, pasó un año, ya está’. Empecé a rondar por la ciudad, como toda la gente del interior, que no tiene un mango. He pasado noches feas, que he tenido que dormir en una plaza. Lo vivo con alegria porque sabía que lo iba a superar. Yo soy cero melanco. Eran dos noches de verano, pasé y seguí para otra cosa".

 

"Mis padres se separaron cuando yo era bebé, un año y pico, y a él nunca lo conocí. Falleció hace un par de años", reveló luego. "Intenté buscarlo por los padrones cuando vine a Buenos Aires, pero donde figuraba no fue a votar. Mi figura paterna fue mi abuelo, Alfredo", agregó.

 

Y se refirió a los valores que le inculcaron en su familia: "Aprendí la disciplina y el trabajo, el esfuerzo. En mi casa no había fiestas, siempre ayudábamos a la tía enferma, juntábamos ropa para los hogares, no tengo cultura de fiesta y diversión".

 

Luego se refirió a otra parte desconocida de su vida: "Me fui a vivir a España porque estaba en pareja con la hija de Pipo Pescador". Allí tuvo que trabajar como mago y animador de fiestas infantiles. "Era más parecido al mago sin dientes que a Copperfield", bromeó, y contó cuáles eran los trucos que practicaba: "Hacía el globo que explotaba y aparecia la paloma, la varita que se transformaba en flor".

 

Al volver, no tenía trabajo y le consiguieron que limpiara la oficina de la revista Cual. Ese fue el primer paso de su carrera periodística: "Un día un redactor me dijo de ir a hacer una nota. Dije ‘obvio’. Eran dos gemelas que fueron separadas al nacer, las encuentra Sofovich y fui a hacer el reencuentro. Y de ahí nunca paré. Va a hacer 25 años que estoy todos los días en la tele".