En su estudio. El músico Lorenzo Gómez Oviedo junto a sus equipos

Quizás fue obra del destino o simple casualidad. Lo cierto es que un lote de cassettes que corría el riesgo de ser desechado en las calles de París y encontró, en un viaje a Francia, fue el puntapié para que Lorenzo Gómez Oviedo comenzara a hacer girar la cinta de otra faceta, siempre ligada a la actividad musical, pero lejana a los artistas de su generación. Así es que no es la ciencia la que destaca (o sí) en este emprendimiento, a través del cual, este músico local se da a la tarea de reciclar viejos cassettes, videocassettes y disquetes, que se utilizaron para el almacenamiento de audio y video durante las décadas de los '70, '80 y '90, hasta que fueron sustituidas por el disco compacto, posteriormente reemplazado por otra tecnología superior.


"Cuando me encontré con todo ese equipaje, pensé en sobregrabarlo con música nueva e inédita de artistas sonoros de diferentes partes del mundo. Ese, fue el comienzo para emplear distintos soportes, que siempre recibo en calidad de donación o encuentro como desperdicio cultural", manifestó quien, a su vez, ilustra el material con diseños manuales valiéndose de recortes de revistas que ya no se ocupan, empleando la técnica de collage, aerosoles y llegando a invitar a plásticos como Leonardo Sánchez, quien plasmó su arte en la edición de Desarme, un conjunto de VHS. 


"Utilizo todo tipo de soportes y formatos en desuso porque creo que cada uno tiene sus características particulares que transforman el sonido, una textura propia. El VHS para verse y escucharse, y los disquetes para escucharlos en computadoras", expresó el artista de 32 años, cuyas obras son consumidas, en especial, por personas que poseen videograbadoras y lectoras de disquettes, aún en vigencia.

"Varios me confesaron que, gracias a las propuestas, lograron recuperar una casetera o arreglaron algún equipo que tenían guardado".

Ahí, es que se encuentra "la aventura y la búsqueda", como añadió el también propietario del microemprendimiento El Páramo -venta de libros usados-, remarcando que el objetivo de rescatar viejos artículos y equipos musicales no tiene relación con la "nostalgia de la que se habla tanto", sino con la finalidad de "repensar y reescuchar el pasado".


Combinando su tarea de músico con la del director del sello Adaptador Record, seleccionado, produciendo y distribuyendo música independiente; hoy, se encarga de editar contenidos desde y para el disco. 


Y no solamente trabaja con material de su autoría, como los últimos álbumes Hebra en febrero y Una pluma en el oleaje que presentó en mayo pasado con sonidos de campo realizados en Albardón y Tierra del Fuego -también publicados de manera digital-; además, edita producciones de colegas, de San Juan y distintas ciudades del mundo, nucleados dentro de la música experimental donde se encuentran géneros como la improvisación libre, ambient y la electrónica. 


"Varios me confesaron que, gracias a las propuestas, lograron recuperar una casetera o arreglaron algún equipo que tenían guardado. ¡Está buenísimo! La idea es traer todo eso al presente, reusarlo y redescubrirlo", señaló el joven que, en su búsqueda desde la improvisación, incursionó en la exploración de paisajes sonoros utilizando grabaciones analógicas y la interpretación de objetos sonoros cotidianos; giró por Francia, Barcelona y el sur de Italia; y editó más de 20 álbumes en discográficas de Argentina, Estado Unidos, Brasil, Polonia y Rusia, entre otras capitales; y estableció su estudio en Albardón, donde agrupa el instrumental para luego procesarlo. 


"El último lanzamiento fue una caja de 3 disquettes, fue un compilado internacional sobre la cuarentena llamado Virología, en el que participó gente del país y de todas partes como Italia, España, Noruega, Chile y Brasil", mencionó el también docente y fundador del Festival Caja Negra en 2014 que fue seleccionado para ser parte de la segunda edición del Simposio de Arte Sonoro de la Untref en Buenos Aires, donde dará una charla que pasó de octubre a abril de 2021 debido a la pandemia. 


"Pretendo que el que escuche sea curioso, se aventure a nuevas músicas y formatos, descubriendo más sonidos, más tesoros", reflexionó el compositor que se encuentra preparando un set en vivo que será transmitido por el programa radial El Ruido es el Mensaje de Rosario, en conjunto con Radio Tsonami de Chile; y llegó con sus música a la productora japonesa Kirigirisu de la mano de Hebra y Pablo Picco, otro artista sanjuanino radicado hoy en Córdoba.