Fueron pioneros en su tiempo colocando la música de moda en fiestas, bailes públicos y en la incipiente movida nocturna por las primeras discotecas modernas que tuvo San Juan desde 1970. Pero con el paso de los años, estos tigres no pierden las manchas. Daniel Atencio, Marcelo 'Salvaje' Quiroga, Marcelo 'Cucha' Silva y Mauricio Yañez, son algunos de los Disc Jockeys de más trayectoria en la provincia. Aunque algunos de ellos estén un poco alejados del circuito bolichero actualmente, se juntaron y gestaron la idea de despedir el año con lo mejor de la música de la década del '70, '80 y '90. Será la Fiesta de los DJs, la cual tendrá una estética 100% retro, tanto en el sonido, la iluminación, y la ambientación. Para ello contarán con la participación especial de DJ Morgan, y la animación de Albert Latroupe. Aquellos nostálgicos ochentosos que quieran revivir buenos momentos deben saber que el punto de encuentro será en la Quinta Nazareno, mañana 31 de diciembre a las 0.30.

Los cuatro reyes de la noche, Mauricio, Daniel, 'Cucha' y 'Salvaje', dialogaron con DIARIO DE CUYO para rebobinar el casette de viejas épocas y recordar cómo se vivía la noche sanjuanina. Para Daniel Atencio la época de mayor esplendor fue durante los '80. En ello coincide Silva que trabajó en Rogelio durante 20 años ininterrumpidos, "vivimos momentos muy gratos. Porque tuvimos la explosión musical de Michael Jackson, Giorgio, Queen, The Police, Donna Summer, Kool and The Gang y un montón de otros".

A principios de los '80, las discos de San Juan eran contadas con los dedos y a la vez, muy selectas como Ivanoff, Cheroga, Casa Blanca, Rogelio, Siloca o Pocatok.

En general, las costumbres sociales en los últimos 30 años han cambiado, hasta para salir y divertirse. "La gente iba más temprano, se caía a la disco como muy tarde a las 11 de la noche, pero todos iban en pareja. Hasta la una de la mañana, se ponía música intermedia y después se levantaba el ritmo con dos o tres temas gancho. Porque la onda era atraer a todos al centro de la pista. Por la mitad de la noche se bajaba el ritmo con una tanda de lentos, y otra vez se regresaba con lo más fuerte. Para el final, eran infaltables los lentos en castellano y los lentos internacionales", contó Silva. Pero él remarcó que el baile se terminaba a las 4.30 de la madrugada, pues estaba la dictadura militar en el poder: "En ese tiempo, todas las noches nos llegaba el camión lleno de soldados para allanar y hacer requisas, como no queríamos agarrarnos problemas cerrábamos temprano para despacharlos a sus casas", relató Cucha.

Atencio tiene frescos recuerdos cuando el tambor de guerra sonaba en Malvinas por el año 1982. "Me tocó animar la fiesta del Colegio Laprida, los chicos estaban asustados porque podían suspender la fiesta, al final se hizo igual, pero el ambiente estaba muy convulsionado. Esa fue la primera vez que puse una tanda de rock nacional con temas de Vivencia, Sui Generis, Pedro y Pablo, Pastoral, Nito Mestre, León Gieco, Zas y Porchetto", relató el actual propietario de Radio Light. Pero más allá de todo, los DJ rescatan que ir a un boliche era muy tranquilo, ni había necesidad de patovicas o policías en la puerta: "El que terminaba borracho era mal visto por todos. Primero porque ibas con tu novia y no podías hacerle pasar vergüenza y segundo, porque todos nos conocíamos. El que se portaba mal, no entraba más en ningún lado", contó Cucha. Mientras que Yañez destacó que antes, para ser un DJ se necesitaba contar con un buen oído musical, "uno podía crear música nueva, pero había que ser habilidoso. Hasta se podía distinguir el estilo de cada uno. Si te equivocabas, ya la gente te pegaba el chiflido. Porque también era un público muy exigente". Y disparó "los gustos musicales también cambiaron. Ahora entró el reggaetón, la cumbia y el cuarteto, pero lo que más tiró abajo la profesión fue la automatización con la PC, allí se pudrió todo, porque cualquier pibe con dos cajas y una laptop pone música y se hacen llamar DJ".