Desde muy pequeño, se dedicó a trabajar la madera en su humilde hogar de La Majadita donde armó su taller. Evaristo Elizondo supo transformar en arte las costumbres y tradiciones de su pueblo natal. Reconocido por su desempeño y considerado un referente en el tallado, falleció ayer a los 88 años a causa de un cáncer terminal, enfermedad por la que luego de ser internado en el Hospital Marcial Quiroga debió ser trasladado al Hospital Albarracín de Valle Fértil donde murió, según expresaron sus allegados. El deceso del querido hacedor conmocionó a los artistas, coterráneos e instituciones que tuvieron el honor de conocerlo y se volcaron a las redes sociales para dejar muestras de afecto a su numerosa familia. Es que junto a su esposa Rosanélida, don Evaristo tuvo 10 hijos, 40 nietos, 15 bisnietos e incluso tataranietos.

En su taller. Don Evaristo esculpiendo sus producciones en el taller que armó en su pueblo natal. Y nunca dejó de trabajar. Ahí, dio forma a creaciones en madera de algarrobo, quebracho, chañar y retamo.

Notable trabajador de su terruño, también era dueño de una proveeduría y a lo largo de más de medio siglo de profesión, supo dar forma a creaciones únicas con sus manos curtidas por la actividad que comenzó a transitar cuando era un niño y armaba repisas en la escuela. 

Aunque recorrió varios trabajos, él se dio cuenta que su verdadera pasión era modelar la madera, un talento que heredó de su abuelo, quien se dedicaba a realizar estribos, al igual que su padre. Con una destreza única, fabricó sus propias herramientas y se convirtió en un hacedor de los estribos tradicionales que utilizaban los arrieros que viajaban rumbo a Chile y de piezas patrimoniales de la región como sus famosas bateas para contener semillas y amasar pan, entre otras utilidades, indicó Patricia Dreidemie, investigadora de Conicet en Antropología Sociocultural que le realizó la última entrevista. Por otro lado, se destacó por sus artesanías y muebles rústicos. 

Así, cosechó grandes distinciones. Como en 2011, cuando recibió una primera mención y una medalla en la Exposición y Feria de Artesanías Tradicionales Argentina de la Rural de Palermo de Buenos Aires. 

Y en 2014, estuvo presente en el estreno del documental "Valle Fértil’, que fue filmado entre 1966 y 1972, pero por censura de la dictadura militar estuvo guardado varios años. Además, en noviembre de 2021, desde el Ministerio de Cultura y Turismo de San Juan a través del Mercado Artesanal se le otorgó la Certificación de Identidad Artesanal Sanjuanina y una condecoración por su trayectoria.