El Coro de Niños y Jóvenes bajo la dirección de Jorge Fuentes, Daniela Montaño (cuando se interpretó el Ave María) tuvo una destacada actuación y el aplauso espontáneo del público.


Cinco décadas, un trayecto, múltiples historias, giras, experiencias, melodías y sentimientos, todo estos factores entraron en juego anoche en el Auditorio Juan Victoria para celebrar las Bodas de Oro del Coro de Niños y Jóvenes de la UNSJ. Con la sala colmada por los espectadores que asistieron al show (una alta concurrencia de padres y familiares) la velada tuvo diferentes pasajes musicales gracias a las propuestas ofrecidas por la participación el Coro Los Jilgueritos, Preparatorio, el Coro Preuniversitario, el Vocacional y el Coro Universitario. Una pantalla gigante proyectaba imágenes que evocaban recuerdos de integrantes anteriores; la puesta de luces interactuaban con el vestuario de las agrupaciones creando diferentes atmósferas visuales; añadiendo a que también, el repertorio elegido y su interpretación, conformaban un pintoresco espectáculo que resultaba agradable a los sentidos y que ayudaba a mantener la atención de la platea que -a pesar de tratarse de un extenso programa- permitía una mayor fluidez y entretenimiento para el público.


En la primera parte, los más pequeños en edad ofrecieron una puesta amena donde la invitación a jugar, estuvo presente en todo momento. La interpretación de música tradicional de Polinesia y de Sudáfrica, más la tradicional canción argentina Tonada Coctaca, permitieron una entretenida tertulia que involucró hasta efectos de sonido de gotitas de lluvia en el cuadro 'Tres juegos en ronda'. Después del intervalo, llegó el turno del Coro de Niños y Jóvenes con la canción 'Ésto les digo' y la voz solista de Gino Lazari. Pero con el 'Ave María', el público reaccionó emotivamente con los aplausos. También, el show tuvo mucha de nostalgia y de reconocimientos. Ana María Oro, quien estuvo presente y compartiendo la dirección en dos ejecuciones, tuvo un merecido homenaje a su trayectoria.

Los Jilgueritos dieron una colorida puesta con efectos de sonido y actuación. En el tema Singabahambayo (canción tradicional sudafricana) usaron la percusión de las manos y los pies para acompañar el canto.


FOTOS MARCOS URISA