Desde el comienzo de la ópera en Florencia en el siglo XVI cuya palabra italiana dominó el mundo europeo, el género fue evolucionando y cambiando con ópera dramática o buffa, Grand Ópera u ópera comique, Singspiel, Vaudeville y luego la opereta vienesa, la zarzuela y en el siglo XX aparece la Comedia Musical y con la llegada del cine sonoro se expande creando un estilo que podríamos definir como: ‘Pieza humorístico-sentimental con mucha música ligera’. Salomón Rabinovich (1859-1916) fue un escritor ruso que adoptó el nombre de Scholem Aleichem y escribió tanto en ruso como en Yiddish. Se casó con Olga Loev contradiciendo la voluntad de su padre. En 1894 publicó Tevye el lechero (originalmente Tevye y sus hijas) que narra la vida de una familia con 5 hijas, sus romances, casamientos y expulsión por el gobierno del Zar. De hecho el mismo S. Aleichem debió emigrar con su familia a Nueva York por los ‘pogroms’ en Rusia. En 1964 el compositor Jerry Bock (1928-2010) y el libretista Sheldon Harnick (1924) -ambos judíos neoyorkinos hijos de inmigrantes- pusieron música a la obra de Aleichem. Así se inició el concierto con Tradición iniciada por el violín y enunciada por Tevye o sea por el barítono Fernando Lázari y el coro vestidos con Talit y Kippá, sino ¿dónde quedaría la tradición?. Tevye habla con el Señor y le dice que ‘si bien el ser pobre nos es una vergüenza tampoco es un gran honor’ y en una aria le dice todo lo que podría hacer ‘Si yo fuera Rico’ dabadabadá… El Maestro Alberto Velasco no solo arregló y dirigió magníficamente sino que supo hacer callar de un empujón los amenazadoramente interminables dabadabadabadá de Tevye. La bella y la bestia es un cuento de hadas de Gabrielle de Villeneuve de 1740, rehecho más corto por Jeanne de Beaumont en 1756. Dos siglos más tarde en 1994, Alan Menken (1949) compositor ligado a la compañía Disney y con letra de Howard Ashman (1950-1991) y Sir Timothy Miles Bindon -más conocido como Tim Rice- (1944) la llevaron a escena en Broadway en 1994. En su aria, Belle, bellamente interpretada por Estela María Leiva nos dice que ‘el hogar es donde está el corazón’. Luego la Bestia -el Barítono Guido Vacca (y me refiero al personaje, no al cantante que fue excelente)- se lamenta de que su fealdad le impida amarla.En 1548 un individuo llamado Martin Guerre desapareció de su hogar y ocho años más tarde volvió a su casa con su mujer, tuvieron dos hijas. Años más tarde se supo que el regresado era un impostor. En 1996 Claude-Michel Schonberg (1944) y el libretista Alain Boublil (1941) ubicaron la historia en la Francia que perseguía a los Hugonotes en una obra en dos actos. Se inicia con orquesta y coro: Betlehem. Luego Martin -Cristián Mella- y Bertrande dialogan. En inglés la canción se llama Don’t, don’t let it start (No, no dejes que comience) pero aquí se tradujo como No debe ser. Lo que no debe ser es que se rompan los micrófonos por lo cual después del entreacto en un nuevo acto simpático el Director les ofreció a Martin y a Bertrande volver a besarse al final de su canción y ser aplaudidos por el romántico público. Después de una azotada en el I Acto se oye el canto imperioso de ‘Yo soy Martin Guerre’. Thomas Elliot (1888-1965), poeta y escritor norteamericano -premio Nobel de Literatura en 1948- escribió en 1930 unos poemas humorísticos titulados Old Possum’s book of practical Cats. En 1981 el compositor inglés Andrew Lloyd-Weber (1948) los utilizó para un musical. Marianela Martin le comunicó un aire de cabaret a la gata Macavity. Old Deuteronomy es un gato anciano y su nombre lo asocia al texto bíblico, ya que también representa a la ley -al revés de Macavity- (quien de hecho intenta raptarlo al final de la obra).Memory (Recuerdo) pertenece a la gata Grizabella que recuerda su pasado glorioso y que desea renovarlo (segunda canción de Marianela Martin). El gran escritor del romanticismo francés Victor Hugo (1802-1885) escribió en 1862 una novela ubicada en la Rebelión de Junio de 1832. Los ya citados -por Martin Guerre-; Claude Schonberg y Alain Boublil la hicieron musical. Paola Hascher inició con Tengo un sueño. Supongo que no habrá nadie que no recuerde el episodio de una mujer de 47 años en el programa ‘Britain has talent’ que deslumbró al reticente jurado entonando I have a dream. Francisco Lázari, que ya nos había hecho reír como Tevye, ahora interpreta The Master of the house o El Anfitrión, quizá la única escena cómica de la obra. Con su inicio Welcome Monsieurs, recuerda en letra y música a la comedia Cabaret, acompañado por Alicia Ambi y de nuevo ‘actuando’ nuestro director, dejándose robar la billetera. Estrellas es un tema de esperanza a cargo de Guido Vacca; ‘Los que siguen un camino de justicia tendrán su recompensa’. De nuevo Marianela en una canción de amor: On my own (Sola estoy)… ‘sola pero sintiendo que él está junto a mí’. Rodrigo Olmedo canta Sálvalo, que es como una oración hímnica resaltada por el arpa y de hecho la canta de rodillas. Comienza ‘Dios altísimo escucha mi oración’ y es como una inmolación del héroe Jean Valjean. Finalmente One more day (Un día más). Se combinan tres objetivos contradictorios y deseos de tres diferentes grupos de personas en un solo canto. En lo que va del año, orquesta, música de cámara, coros, ópera, música contemporánea … y comedias musicales espléndidamente orquestadas y bien cantadas. Pero hay una superioridad de la ópera y música clásica sobre el musical del siglo XX:no necesita micrófonos. Los solistas… casi todos mendocinos, por eso el título!
Entre San Juan y Mendoza
(Noche de Musicales, con la Orquesta Sinfónica y el Coro Vocacional de la UNSJ, dirigido por José Petracchini. Solistas de San Juan y Mendoza. Arreglos y dirección general: Alberto Velasco)

