Hace casi un año el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata concluía sin ceremonia ni proyección de cierre, en duelo por la desaparición del submarino ARA San Juan. Esta 33° edición nos encuentra con la conmoción del hallazgo de la nave. La ceremonia de entrega de premios estuvo sin dudas atravesada por esta noticia que conmueve a todo el país, pero especialmente a Mar del Plata, porque aquí se encuentra la mayoría de los familiares de los tripulantes, quienes participaron este jueves del acto de homenaje que se realizó en la base naval de esta ciudad.



 

Este año la ganadora fue una película española, Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta, que recibió además la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián. Lacuesta retoma la mirada sobre dos hermanos gitanos, Isra y Cheíto Gómez Romero, a quienes hace 12 años retrató en La leyenda del tiempo como parte de un mundo excluido en la España opulenta. Ya adultos y con hijos, Isra es un delincuente de poca monta, un transa sin perspectivas que acaba de salir de la cárcel. Su hermano trabaja como pastelero de la armada y se embarca en misiones al extranjero para mantener a la familia. En esa sociedad en los márgenes de la España europea falta que hacer para ganarse la vida. Isra pelea como puede para volver a estar con sus hijas, pero no logra conseguir la estabilidad mínima para reconstruir los lazos.




 

Lejos de crear personajes estereotipados,  Lacuesta retoma sus deseos simples: trabajo, estabilidad económica y vida familiar. Pero el lugar en el mundo de Isra, Cheíto y sus amigos quita más de lo que da. La vida parece ser solo cosa del día a día. El director descubre para el cine un espacio que es mucho más que apenas una comunidad de gitanos. Es una ciudad, son sonidos –entre ellos el flamenco como sonido vital- y la omnipresencia del mar. El trabajo de Israel Gómez Romero, reconocido como mejor actor del Festival, ha sido premiado con justicia.