Mientras la voz de Ariel Ardit entonaba los versos de "Cuando tú no estás" -una memorable pieza del repertorio de Carlos Gardel- la batuta del maestro César Iván Lara se movía lentamente, marcando el compás de forma suave pero con profunda convicción. Con tiempos acotados y cronometrados, las sesiones del ensayo son rigurosas en lo técnico, pero ameno y cordial en lo humano. Más allá de la ansiedad que existe en la previa al debut del Concierto Gardel Sinfónico, la atmósfera que se respira en el escenario del Auditorio Victoria, está impregnada de armonía. Para el director venezolano que por segunda vez comanda a la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, trabajar con estas energías, es un momento ideal. A pocas horas de la presentación (será esta noche a las 21.30 con entrada gratuita) el maestro aprovechó los pocos minutos de recreo que tenía para tomar un descanso y hablar con DIARIO DE CUYO acerca de este vínculo que viene labrando con los músicos de la orquesta y sobre el rol que debe tener un director para este tipo de acontecimientos culturales. 

Sin dudas, hay muchas expectativas puestas en él y lo que es capaz de lograr en la función en vivo. "Primero debo expresar el honor que siento al saber que pensaron en mi para iniciar la temporada y disfrutar de este mes las presentaciones con la orquesta. La primera del viernes pasado, a sala llena sirvió para calentar motores. Trabajar con Ardit y todos los músicos en este Gardel sinfónico, va en línea con lo que defendí toda mi vida como director: la orquesta no está para hacer su rol de música académica, sino también, debe llevar a escena la música que mejor nos identifique, en este caso, la música de Carlos Gardel, no sólo por lo que representa para Argentina, sino también para toda Latinoamérica", dejó en claro el maestro que también es el actual director titular de la Filarmónica de Mendoza.

Ensayo a pleno. Lara prepara el concierto junto al cantante Ariel Ardit, acompañado por Andrés Linetzky en el piano, Pablo Guzmán en el contrabajo, Ramiro Boero en el bandoneón y el resto de los músicos de la Orquesta Sinfónica.

 

Entenderse y congeniar con los demás músicos no es nada sencillo y menos en tan poco tiempo, con un repertorio que exige calidad y excelencia profesional. Sin embargo, para Lara, lo complejo puede transformarse en simple aplicando su fórmula: "soy un facilitador. Soy consciente que estoy con excelentes músicos a mi alrededor. Son unos capos y yo quiero que disfruten. Mi trabajo no es dar indicaciones estrictas o bajar línea de forma disciplinaria, sino lo que hay que encontrar es la integración", señaló César y dejando muy claro, su concepción al rol que debe ejercer un director. 

"Todo va cambiando muy rápido y estoy convencido que el director debe facilitar, coordinar con todo un equipo, no una persona en el centro de la escena, impartiendo lineamientos rígidos. Esa vieja guardia no me va. La música debe compartirse. Es inevitable que el público fije su mirada en lo que haga el director en el centro del escenario, pero lo que se debe entender, es que en el vivo, todos nos convertimos en un cuerpo armonioso, en una gran banda. Cuando se logra eso, el resultado es maravilloso", opinó.

Respecto a la figura de Gardel y su repertorio, Lara manifestó con sinceridad la fascinación que siente al evocar semejante ícono artístico e histórico: "Gardel tiene de todo. En sus interpretaciones hay fiesta, de repente melancolía, amor, sensualidad. Se proyecta un menú variado de sensaciones y todo eso con la base del tango. La música gardeliana posee una energía vital que emerge del suelo y te arropa", definió y consideró finalmente que este concierto sinfónico se repita con más funciones para que más personas puedan disfrutarlo.