Se llama Ariel Maximiliano Castro, pero es más conocido en el éter sanjuanino como Maxi Castro. Hace seis años que ejerce el periodismo deportivo, honrando el apellido de su padre Mario, reconocido relator, locutor y periodista de Radio Colón, donde también ejerce. Desde chico abrazó la misma pasión por las crónicas y relatos deportivos radiales escuchando la voz de papá; y aunque todavía tiene mucho camino por delante, ya se destaca como conductor y reportero en dos programas de la LV1, ambos en horario central: Vértice Deportivo (lunes a viernes, de 19 a 20) y Pasión Verdinegra, junto a Gisel Moreno (lunes a viernes, de 20 a 21). Además, participa en las transmisiones de fútbol, hockey y ciclismo todos los fines de semana en la tradicional AM de la provincia. Portador de un apellido que resulta una marca registrada en los medios de comunicación local, Maxi asegura que busca su destino sin imitar a su padre, pero aprendiendo de sus consejos.
Su infancia transitó entre la escuela, la casa y el fútbol de liguilla. De pequeño, papá Mario lo llevaba a los encuentros futbolísticos de San Martín. "En las transmisiones por Colón o Sarmiento, la familia se reunía a escucharlo en casa. Mi abuela Emerita era una genia del deporte, tenía una memoria excepcional, detallaba cada jugada y opinaba con fundamentos. Y cuando íbamos a la cancha, me quedaba al lado del comentarista Hugo Rodríguez y con unos auriculares prestaba atención los relatos’, contó a DIARIO DE CUYO el joven, que tiene sus referentes en el rubro: "Walter Saavedra de Mitre, quien sigue la campaña de Boca, es un genio. Y después está mi viejo, porque su relato hace que armes las imágenes en tu mente’.
Maxi cursó la primaria en la Escuela Gabriela Mistral de Rawson y la secundaria en la Escuela Gral. San Martín. "En segundo año, Cristina Díaz (actual ministra de Educación) daba clases de lengua y comunicación, y a partir de ahí fui convenciéndome más que el periodismo era lo mío’, remarcó el muchacho. Con un destino revelado, el primer partido que le tocó cubrir fue Trinidad vs. Alianza, en el 2002, por el Torneo Argentino B. "Tuve varias salidas en el campo de juego y cuando hablaba, no te imaginás lo que transpiraba. Y me trababa un montón. Para no equivocarme, anotaba en mi cuaderno todo lo que tenía que decir. Pero mi viejo jamás me hizo quemar etapas. Sí me decía "no estás en Sacachispas, estás jugando en Primera, debutás en Colón”. Y encima me remarcaba que podía olvidarme de todo, menos de repetir el nombre de la radio’, rememoró el reportero, cuyo padre, años atrás, no quería que siguiera sus pasos.
"El sabía lo que decía, hacer radio no es fácil, y tampoco vivir sólo de eso. Implica mucho tiempo de laburo, se sufre y eso desgasta. Pero a pesar de todo, mi viejo está y me banca, porque él pasó por lo mismo en su juventud. Creo que, cuando me toque ser padre, si un hijo me dice que quiere ser periodista, le diría lo mismo que me dijo el mío, le aconsejaría que tomara otro rumbo. Pero si aún así quiere seguir, le daría todo, tal como mi papá me lo dio a mí’, se sincera Maxi, quien -no obstante- vive con alta intensidad cada paso de su prometedora carrera.
"Siento que estoy cumpliendo mi sueño. Sigo la campaña de San Martín por todo el país y hasta me metí en el Mundial de Hockey para cubrir a la Selección argentina. Lo que queda es mantenerme y ser reconocido como Maxi Castro y no como "el hijo de…”, así de simple", se explaya el periodista. Y aclara "Es que algunos creen que como soy hijo de Mario Castro, tengo todas las de ganar. Lo vivo en la facultad, con mis colegas y con los deportistas. Pero no es así, me pelo el traste para estudiar todo lo que pueda para crecer.’

