En el corazón de un barrio que supo vivir de alegrías pasadas, los vecinos de la Rioja Chica, una de las zonas más características del Pueblo Viejo de Concepción, gozaron de una fiesta popular recordando los antiguos encuentros callejeros con mucha música, artes plásticas y sana diversión. Niños, jóvenes y adultos participaron abiertamente de una nueva edición del Rioja Chica Fest por cuarta vez consecutiva con el carisma musical de los chicos de King of Banana, más la participación de artistas callejeros. Cerca de la medianoche del jueves, se montó un pequeño escenario entre las calles Alberdi y Catamarca, esquina donde acostumbran los King a ensayar por las tardes. En el pequeño pasaje se congregaron muchas familias. Algunos sacaron reposeras y mesitas para tomar un refresco por el intenso calor que hacía. Los mayores disfrutaron de la música hasta altas horas con un gran espíritu festivo compartiendo mates con sus nietos. Los más jóvenes prefirieron sentarse en las angostas veredas. Una bandera gigante colgaba sobre la fachada de una casa. Mientras que en otro rincón de la manzana, una casa abandonada, con los rasgos de antigüedad de los tradicionales edificios capitalinos de antaño, fue intervenida por un grupo de muralistas. Allí, junto a Yamil Montiel, reconocido artista local, le cambiaron el rostro de esa casa con vivos colores, ante la presencia de numerosos adolescentes como testigos encantados de aquella transformación estética al vecindario.

En tanto, el escenario vibró por el impecable sonido de NFD, entretuvo a los más gustosos por el rock y el punk. Luego fue el turno de Monofloro y pasando la madrugada, los King, que jugaban de local, le pusieron la pizca y sabor con sus cumbias, enseguida se armó la bailanta en el pavimento y al aire libre. Finalmente, el ensamble de percusión Candocuyo le puso el broche de oro para una velada que a los vecinos del Pueblo Viejo desean repetir.

Crédito Marcos Carrizo