La música y la danza cuyanas -especialmente tonada, cueca y gato- lograron tener una alta popularidad en el país desde los ’30 hasta final de los ’50, gracias a la labor de fundamentales como Hilario Cuadros, Carlos Montbrún Ocampo y Buenaventura Luna en escenarios y medios de comunicación de Buenos Aires. Pero luego la zamba y la chacarera lograron imponerse, con la irrupción de grupos como Los Chalchaleros y Los Fronterizos, que dieron vuelta el tablero. Con los años, la industria musical, los grandes shows y las tendencias comerciales dejaron de apoyar a las expresiones cuyanas. Ni siquiera pudo sostenerse en escenarios legitimadores como Cosquín. El revés se reflejó incluso en las fiestas propias, que no escaparon a la influencia del llamado “folklore joven”, que caló hondo a partir del 2000, en evidente asimetría con los exponentes locales.

Subordinada a la música en buena parte de los casos, la danza sufrió las consecuencias, y entre ellas la cueca. Que no se ajusta a lo que demanda el mercado, que no es redituable para una compañía o productor… lo cierto es que fue quedando en un reducido circuito regional, sostenida a pulmón por sus principales cultores, institutos y agrupaciones de danzas.

Fue en medio este contexto donde, más como una necesidad que como una inquietud, los profesores y bailarines sanjuaninos Carlos Marquez y Mariana Macías crearon en 2017 el “Festival Nacional de la Cueca: El país baila cueca en San Juan”, que este fin de semana tendrá su quinta edición (ver aparte), con la participación de unos 600 artistas de diferentes provincias. Por sus características es un encuentro único, donde los bailarines compiten en un esquema zonal, representando todas las formas tradicionales de la cueca existentes en el país.

Para Marquez, el Festival -que fue suspendido sólo durante la pandemia- es una respuesta de los propios bailarines a los resabios de esa realidad que aún se percibe, sobre todo en las grandes vidrieras del folclore; un compromiso con la tarea de seguir cultivando, al menos en la propia cuna, el valor de la cueca como danza tradicional. 

“Hubo una etapa, entre 2010 y 2015, que en los festivales se les daba el lugar que merecían los ballets folklóricos y hasta solistas y bandas llevaban sus propios bailarines. Pero lamentablemente se ha perdido el lugar, no sólo para la cueca, sino para todas las danzas tradicionales, que a veces quedan fuera de horario de televisión”, dijo el artista a DIARIO DE CUYO, quien ahondó en estas barreras difíciles de demoler.

“Creo que se debe en parte a una cuestión más marketinera, a un punto de vista más económico. Habría que analizarlo desde lo sociológico también, pero la lógica de discográficas, productores y funcionarios públicos involucrados en la programación pesan mucho a la hora de armar una grilla. Y en eso, los artistas de la danza quedamos en desventaja, porque no tenemos representantes que participen en la toma de decisión. Además, porque está esa mirada que no considera a un espectáculo de cueca como algo ‘rentable’ o ‘vendible’; y hasta los medios como la televisión y la radio difunden muy poco nuestra música”, opinó Marquez. 

Contrario a lo que se determina como “altamente convocante” para las plateas, el bailarín argumentó que “la cueca como danza tiene mucha fuerza, puede expresar sentimientos y emocionar tanto o igual que la música. Eso lo vemos cuando el público se emociona con nosotros cuando bailamos en escena, es algo único”. 

Para modificar esta realidad, Marquez -licenciado en Folklore de la UNA, con mención Danzas Folklóricas y Tango- considera que se “necesita un espacio donde verdaderamente se haga reconocimiento al talento artístico y no se piense sólo en lo económico; que valoren como corresponde una coreografía y que se nombren los bailarines en el escenario. Somos invisibles a los ojos de los funcionarios y productores de espectáculos. Son muchos los puentes que hay que cruzar para que se respete el trabajo del bailarín, en este caso, de cueca”. Y amplió: “Es cierto que hay otros intereses y que siempre está ese prejuicio de que el folklore ‘no vende’, que nos dediquemos a otra cosa o ‘vayan a laburar’… Son muchas frases hechas que recibimos también cuando se organiza un festival como este. Cuesta horrores, pero seguiremos peleando espacios hasta el final con todas nuestras fuerzas”, agregó, aferrado a sostener los lugares ya ganados y desde ahí ir por más.

Es que si bien la cueca como danza popular perdió masividad y presencia en las vidrieras, Marquez sabe que ha sido así en cuanto a trascendencia cultural. Chile, por ejemplo, la declaró como su “danza nacional” en 1979; y en 1989 estableció el 17 de septiembre como el Día Nacional de la Cueca, a modo de homenaje. Por su parte, Bolivia, que también tiene fuertes lazos históricos con esta danza, nombró a la cueca boliviana como parte del patrimonio cultural en 2015. 

¿Y por casa cómo andamos? Desde que este Festival Nacional instaló a la provincia como sede federal, el género ha evidenciado una vitalidad que hace tiempo no tenía, según Marquez. “Hubo un renacer de la cueca que partió desde San Juan. Antes sólo la bailábamos sanjuaninos, mendocinos y puntanos, pero ahora hay más intensidad en las demás regiones”, afirmó. De hecho, los primeros campeones nacionales, Norma Bustos y Segundo Cisterna, son de Río Negro; los de 2018, Rocío Figueroa y Javier Aibar, de Salta; y los de 2022, Popy Villafañe y Juan Luis Miguel (en la foto), de La Rioja. Ante eso, el organizador lamentó el poco apoyo oficial recibido. “Esta edición (NdeR, que fue declarada de interés social, cultural y turístico por la Cámara de Diputados) recibimos la ayuda municipal de Rawson que nos facilitó el espacio físico. Contábamos con la ayuda del Ministerio de Turismo y Cultura para luces y sonido, pero luego nos fue negado; de igual modo el festival se hará con fondos propios. Es muy caro y entre todas las academias nos damos una mano. Si tuviéramos más respaldo, tanto de provincia como de nación, la cueca tendría más visibilidad, jerarquía, calidad y mejor formación artística como propuesta”, reflexionó.

DATO
Festival Nacional de la Cueca. Hoy en el Complejo Cultural La Superiora (Ortega y Conector Sur, Rawson), a partir de las 10 hs y hasta la madrugada del domingo. Entrada general: $1.000.