Una cosa está clara. Los hermanitos de la casa más famosa del país no son los ingenuos conejillos de Indias de las primeras versiones. Con cinco ediciones anteriores en el camino, los ahora 18 participantes (ya eliminaron a 2 y hay 4 en capilla hasta mañana), tejen estrategias, recrean modelos de viejos concursantes, se revelan contra el conductor, provocan destrozos (cosa nunca antes vista) y hasta amenazan con dejar de crear situaciones polémicas si la producción no accede a sus pedidos, seguros que pueden bajar el rating del programa.

"Cuando salió la primera chica, Rocío, y dijo: Aquí voy Paparazzi, casi me muero. Ellos entraron sabiendo todo, incluso lo que les va a pasar afuera, nosotros no", señaló Santiago Almeyda, integrante de la primera versión -en 2001- consultado al respecto por DIARIO DE CUYO. Y en la misma linea opinaron Ximena Capristo y Gustavo Conti, de la 2da. edición.

Así planteado el escenario, la nueva camada hambrienta de fama rápida tiene el tupé de hacer un piquete frente al confesionario, solicitando ser escuchados. También se atreve a imitar la conducta de algún ex hermanito, jugando con la autosentencia (como esta vez hicieron Cristian U. y Juan Pablo) o actuando para la platea que "los mira por TV", para que se acuerde de ellos cuando les toque ser salvados. Pero la cosa no queda ahí. Más o menos envalentonados, se quitan los micrófonos para que no los escuchen (algo prohibido), insultan y desafían al conductor (que el día del desmán terminó reculando un par de metros) y vuelan en delirios de grandeza, planificando sus pasos una vez fuera del juego: Tapas de revistas, escenarios y programas del espectáculo.

Sin duda, el fin de la inocencia llegó a GH. Pero la casa también aprovecha y hace uso de esa carta. El jueves, con la expectativa de la sanción por los destrozos (en manos de la audiencia, voto telefónico mediante); la última gala consiguió superar al invencible tanque de Canal 13. Inédito, el reality se impuso a Malparida por 19.6 a 17.9 puntos de rating, todo un triunfo si se tiene en cuenta que -encima- fue justo el día que Lorenzo (Raúl Taibo) era baleado por Gracia (Selva Aleman), en los últimos capítulos del culebrón.

Después de los distintos clips sobre las advertencias hechas por GH a los chicos que provocaron destrozos en el mobiliario de la casa, Rial les anunció personalmente que el público había decidido castigarlos con un 80,41% de los votos. Una sorpresa para varios de ellos, que -como estilan- ya pensaban armar un complot. Con este veredicto, los chicos verán reducido al 50% el presupuesto de comida. ¿Seguirán revelados, creyendo que tienen la manija; o aunque sea por hambre (uno de sus reclamos) bajarán un poco el copete?