Esta noche, cuando se enciendan las luces del Gigante de Arroyito, en Santa Fe, comenzará a tomar cuerpo el gran sueño de miles de fanáticos argentos: ser testigos del show calificado como "el más esperado del siglo", el gran regreso de los Guns N’ Roses. Es que si bien el combo norteamericano ya estuvo por estas tierras un puñado de veces (la última hace un par de años), esta vez lo hará nuevamente, después de 23 años, con sus miembros fundadores: el bajo de Duff McKagan, y -sobre todo- la voz de Axl Rose y la guitarra principal de Slash, trío inmortal que varios pensaron que no volverían a ver, al menos… "No en esta vida", tal es el nada casual nombre del esperadísimo tour ("Not in this life time", frase que también respondieron alguna vez cuando les preguntaron si volvería a actuar juntos), que el viernes y sábado próximos se trasladará a Buenos Aires, y precisamente al estadio de River Plate (con el trío Sardelli, los Airbag -que vienen a San Juan el 28 de noviembre- como teloneros). 

Dizzy Reed (teclados), Richard Fortus (guitarra rítmica), Frank Ferrer (batería) y Melissa Reese (teclados, primera dama en ser parte del combo) completan la formación de esta "rentré" que comenzó oficialmente, pero como una reunión con fecha de vencimiento, para el Festival de Coachella, en abril pasado (luego de un "adelanto" para unas 500 personas en Troubadour, donde tocaron por primera vez). Pero tras medio millón de almas vitoreando la cumbre en diferentes ciudades de Estados Unidos (incluida la participación de otro histórico, el baterista Steve Adler, en Cincinnati), la aventura se extendió a Latinoamérica y con estaciones en Argentina… ¡¿Cómo no venir?! Si fue justamente aquí donde, el 17 de julio de 1993, el mundo los vio por última vez juntos, en el cierre de la gira Skin N’ Bones (también en River). Más de uno recordará aquella actuación memorable (mucho más tranquila que la del debut en el país, el año anterior, en medio de su apogeo y rodeada de escándalos) que para ellos ya tenía sabor a despedida, donde al final Axl se acerca a Slash, lo toma del brazo, se abrazan y saludan a una multitud enfebrecida.  

"Yo estaba física y mentalmente exhausto", explicaría luego de la separación Slash a la revista Guitar World, tal como recuerda Daniel Riera en una gran crónica para Big Bang News. "El bajista Duff Mc Kagan no estaba mucho mejor: poco después iniciaría un severo tratamiento de rehabilitación", señala. Pero el quiebre no era sólo cuestión de salud. Igual, a esta altura, qué importa.

Sea como sea, limaron asperezas y una vez más (¿la última?) volverán a deleitar a su fanaticada local que, si se repite la nostálgica magia que se vivió en Perú y Chile (más allá de las limitaciones aludidas, después de veinte años), volará al son de It’s So Easy, Mr. Brownstone, Chinese Democracy, Welcome to the Jungle, Estranged, Rocket Queen y You Could be Mine, algunos de los hits de la veintena que integra el set-list.