Como todos los hermanos, las Kardashian se aman y se odian, con la diferencia de que sus peleas quedan registradas en la TV. La última fue explosiva: incluyó patadas, cachetazos, arañazos y terribles insultos.

El momento se vio en el último capítulo de Keeping Up With The Kardashians, que esta semana estrenó su temporada número 18.

Todo comenzó con una charla relajada entre Kim y Kendall en la casa de Khloé, en la que la esposa de Kanye West comentaba, al pasar, que Kourtney no asumía tantas actividades laborales como el resto de las hermanas. "A vos no te importan las cosas”, le dijo Kim a Kourtney, sin prever la guerra que desatarían sus palabras.

“Actúas como si yo no hiciera ni mier... No tenés idea de todo lo que hago. Tenés esta narrativa en tu mente. No, no, no, literalmente te cag.. si vuelves a mencionar eso”, exclamó Kourtney, ya dispuesta a disciplinar a su hermana menor con violencia física. Kim no se echó para atrás y advirtió: "Nunca más vuelvas a acercarte a mí así".

Lo que siguió fue una secuencia de golpes y gritos mientras Khloé intentaba frenar a las hermanas y callarlas, ya que su hija True dormía en un cuarto cercano.

"Creo que Kim y yo estamos realmente sorprendidas de cómo las cosas se intensificaron tan rápido”, analizó Khloé después de la tensión. “No sabemos de dónde viene todo esto. Sabemos que ha habido roces recientemente, pero no creo que ninguna de nosotras supiera que era tan malo y pesado. Es realmente sorprendente que haya llegado tan lejos", lamentó.