Luego de su última actuación el 24 de julio pasado en el Auditorio (Tonadita, con Susana Castro y Kuky Vega como invitados, con los que realizaron una suerte de mini-gira), se anunció el 28 de agosto como siguiente fecha de la Camerata San Juan, con la ‘Noche de Boleros’. Pero sin dar mayores explicaciones, el concierto había sido suspendido. Sin embargo, el hermetismo se rompió y las luchas internas (de larga data) entre el concertino Pablo Grosman y el director Gustavo Plis Sterenberg salieron a la luz. Esto abrió una gran grieta dentro de la agrupación, dejando como saldo una Camerata paralizada y con fechas suspendidas.
La crisis se desató a raíz de una reunión en secreto donde algunos músicos autoconvocados decidieron, mediante una votación, no trabajar más con el actual director. Luego, se difundieron rumores sobre supuestos hechos de violencia y amenazas por parte del director como argumentos sostenidos por los músicos para que Plis no continuara. Todo esto tomó estado público en los medios embarrando aún más la cancha.
Consultadas las partes por DIARIO DE CUYO, Pablo Grosman -que al principio no quiso dar declaraciones- reconoció que existe un conflicto con Plis desde hace tiempo: ‘Se han hecho las presentaciones correspondientes a las autoridades. La Camerata pide el alejamiento de Plis Sterenberg. En asamblea 22 músicos votaron en contra de que se queda y 2 a favor (uno Nelson Videla y otro el de Elisa Montenegro, actual pareja del director). Esperamos que se solucione en favor nuestro y seguir con nuestros conciertos. La Camerata es una marca que le pertenece a los músicos’, dijo el concertino. Además, agregó: ‘Me parece una idea desafortunada que un director pretenda quedarse indefinidamente al frente (ya van 6 años) y más aún que ante la decisión mayoritaria de ‘no continuidad’, quiera imponerse por la fuerza o destruir la orquesta para perjudicar a los músicos’. Por último, Grosman, en nombre del grupo, le deseó al director: ‘Suerte en los futuros proyectos artísticos que emprenda para bien’.
Por su parte, Plis Sterenberg salió con todo el fuego a defenderse: ‘Desmiento categóricamente todas las acusaciones de manera alevosa. Jamás fui violento con los músicos. Sufro una persecución ideológica por una lucha interna por el poder dentro de la Camerata. En esa reunión se burlan de mi apoyo al gobernador Uñac y soy discriminado por mi enfermedad. Tengo pruebas grabadas de esto. El clima dentro de la Camerata es opresivo, se obra con el temor de la gente que ha ingresado hace poco a dedo puesta por Grosman. Él tiene el control sobre ellos en base al terrorismo brutal que ejerce psicológicamente’, dijo el director.
Justo en un momento donde sucedieron espectáculos convocantes y con recepciones positivas del público, se produce esta fractura en el seno del grupo artístico, el director respondió que: ‘No sé si sea el mejor momento ahora, porque tenemos dificultades artísticas y las queremos tapar con programas relativamente exitosos. Lo que no hay es trabajo continuado todas las semanas’ y apuntó a quien fuera su mano derecha cuando nació la agrupación: ‘El señor Grosman va a sus giras a Bahía Blanca durante semanas y la orquesta se para, no puedo trabajar así. Hay muchas cosas que pasan. No tenemos un reglamento o un estatuto interno que ponga en orden las cosas. De esto se aprovecha él’.
También, Sterenberg argumentó que ‘dicen que renuncié o que me echaron, nada de eso es cierto. Lo de las amenazas son mentiras. Sobre todo esa elección que es ilegal. Hasta votó la secretaria y tía de Grosman, Mirtha Barceló, que no está calificada para algo así, ya que ella no es música’. Del entorno del director y pianista internacional, se piensa que hay una disputa de poder para que Grosman quede como director de la agrupación. Además, Plis manifestó: ‘Estoy indignado, no por él que es un caso perdido, sino por los que están a su alrededor que hacen un frente al lado de un delincuente. Su proyecto es terminar conmigo y ensuciarme. Si siguen con esto iniciaré acciones legales’.
La Camerata depende del Ministerio de Cultura, a través de la dirección de Infraestructura y Patrimonio Cultural y Turístico, a cargo de Mario Zaguirre. Todos desde el director hasta los músicos poseen un contrato directo con renovación anual. Desde un sector y otro, coinciden que el conflicto debe resolverse por las autoridades del ministerio. La continuidad o no de Plis Sterenberg; de los músicos; o la designación de un nuevo director, pasará por la decisión ministerial. Lo cierto es que la agrupación por el momento, no está en funciones, ni realizará conciertos hasta tanto la situación no tenga punto final. Después de todo, la ministra de Turismo y Cultura, Claudia Grynszpan tendrá la última palabra.
