Deslumbrante bailarina (Cisne Negro y Fedra fueron dos de sus roles más aclamados) y maestra de maestros, reconocida en el país y el extranjero, el martes pasado a los 91 años falleció Esmeralda Agoglia. Nacida en Buenos Aires, fue figura del Teatro Colón en su época de oro, donde en 1947 se consagró como Solista y en 1949 como Primera Bailarina; y años después siguió su carrera en el Argentino de La Plata. Su última actuación, ya retirada, fue con la bruja Magda, de Sílfides. También ejerció como coreógrafa, repositora y directora de compañía; carrera brillante por la que tuvo sus merecidos reconocimientos en vida.