La detención de Lautaro Teruel, el hijo de uno de los integrantes de "Los Nocheros", destapó una cruda historia de abuso sexual. La víctima se animó a denunciarlo tiempo después, cuando él la contactó preocupado por un escrache que había sufrido en Facebook de parte de otra mujer.

La madre de la nena abusada, que hoy tiene 16 años, contó en Los ángeles de la mañana que fue ella misma quien tomó la decisión de grabar a Lautaro en un segundo encuentro, donde él le confesó los hechos y hasta admitió que estaba angustiado por la posibilidad de que sus acciones pasadas tomaran estado público.

"Era una relación como de familia, de generaciones. Mi mamá se crió con su mamá, yo me crié con Lautaro y sus hermanos, y mi nena con su sobrina", contó la mujer en un video en el que habla con su abogado, Santiago Pedroza.

Antes de acudir a la Justicia, la madre y su hija hablaron con la familia Teruel, pero no recibieron la respuesta que buscaban. "Primero Mario me dijo que fue una 'pendejada que cualquier chico hace'. Yo le dije que no me parecía, que su hijo era un violador y un pedófilo. Se enojó e insistió que era una pendejada que cualquier chico puede hacer", recordó.

El "Nochero" también les dijo que la situación la parecía "confusa", algo que indignó a la madre de la víctima. "No son confusas las marcas en los brazos, los intentos de suicidio, yo salía a trabajar y no sabía si la iba a encontrar con vida al volver. El calvario que pasamos porque no comía", enumeró, en referencia a las secuelas que sufrió la chica tras los episodios de abuso.

"Todos sabemos que tiene muchos contactos, así que le pedí por favor que no se metiera. No queríamos arruinar el nombre de Mario y de "Los Nocheros", solo queríamos que se hiciera justicia con Lautaro. Les guardamos un gran cariño, para nosotros fueron familia y los quisimos mucho", lamentó.

Santiago Pedroza agregó detalles de la terrible historia que salpica a uno de los grupos más queridos del folclore nacional. "Los abusos ocurrieron durante un año y medio casi todos los fines de semana de manera ininterrumpida. Él tenía a los chicos (entre ellos, la víctima) durante horas a disposición y debía cuidarlos, lo que es un agravante", indicó, en diálogo con LAM.

"Ella tuvo seis o siete intentos de suicidio, bulimia, anorexia, está cortada entera como si fueran cortes carcelarios. Cuando la vi por primera vez era una lechuguita, ni se podía hablar con ella", recordó. "Ahora se siente mejor, más liberada".