Anoche, nuevamente a pleno y con gran lucimiento de los artistas, tuvo lugar la tercera y última función de Traviata, la famosísima obra de Verdi con la que el Teatro del Bicentenario inauguró exitosamente su temporada de ópera. Sin embargo, los cerrados aplausos del público coronando el gran desempeño de toda la troupe no lograron cerrar una herida abierta en las entrañas del elenco, que dividió aguas. Un sector de los sanjuaninos que participaron de la puesta habla de "destrato" de Willy Landín durante los ensayos; acusación que el réggiseur marplatense niega rotundamente.

Trascendió que el director escénico corregía con "ironías", "comentarios denigrantes", "peyorativos" y "frases poco felices" tanto a los artistas sanjuaninos como al personal, en marcada diferencia con el trato dado a los tres solistas que llegaron de Buenos Aires; y que el malestar se fue acumulando. Y que muchos optaron por callar por temor a quedar fuera de la obra o de futuras producciones del Teatro, institución que los convoca. Pero poco antes del ensayo general, el vaso se rebasó. Fernando Lázari y Willy Landín tuvieron un breve pero álgido enfrentamiento delante del coro, solistas y bailarines. El cantante dijo que el 7 de abril, ante una marcación de Landín, nuevamente de mal modo, le pidió "firme, pero con respeto" que depusiera su actitud; ante lo cual Landín le contestó "’yo con tipos maleducados no trabajo, retirate del escenario".

El señor me echó del escenario y yo me fui". Por su parte, el director dijo que ante una corrección general, pidió "vamos a repetir, te pido que prestes atención (en referencia al solista), y él se comportó incorrectamente. Empezó a levantarme la voz y a hacer ademanes casi diría amenazantes. Le dije que por favor se retirara del ensayo y volviera a la tarde, a ensayo de primarios, porque ese era un ensayo grupal de coro. Es es lo único que dije. No eché a nadie".

¿Qué hizo el resto de los compañeros en ese momento? "Nos quedamos todos mal, pero pensamos que se solucionaría, que lo charlarían", confiaron a este medio. No sucedió. El choque culminó con la salida de Lázari del ensayo y el regreso a la actividad en un clima tan denso que se cortaba con un cuchillo. Y con ambos esperando respectivas disculpas, cosa que tampoco sucedió. Finalmente, Lázari no fue parte de Traviata.

En un escenario nada feliz, con pares que apoyan a uno u otro y algunos que no vieron ni escucharon nada, el réggiseur expresó que lo sorprendió que el artista no volviera, porque preguntó en el Teatro y nadie lo había echado. Por su parte, el cantante -que interpuso abogado- asegura que de inmediato comenzó a pedir reunión con las autoridades del Bicentenario para solucionar el asunto y poder cantar, que le respondieron que hablarían una vez concluida la ópera, que no recibió llamado alguno y que el mismo día del enfrentamiento ya había un reemplazo para su rol, Marchese. Y cuando fue al ensayo general, "como profesor de impostación vocal del coro universitario", le pidieron que se retirara porque ya no era del elenco. 

La situación se convirtió en una brasa caliente para la troupe. Salvo la Sinfónica, que no estuvo presente cuando "saltó la tecla", nadie quedó ajeno a esta "cuestión delicada" -como le llaman-, que terminó cascando el hermetismo en el que se mantenía y mostrando otra cara de la fiesta.

 

Fernando Lazari

"Desde la llegada del señor régisseur los tratos peyorativos, despectivos, comenzaron a ser parte ‘normal’ de los ensayos, habiendo malos tratos hacia los coreutas y a otras personas. El 7 de abril yo estaba arriba en el espejo, él en el proscenio junto a la directora artística del teatro, y se dirigió a mí de forma muy agresiva en una marcación y le pedí que me hablara en otro tono. El señor no pudo soportar quedar en evidencia con sus malos tratos, ni que yo no se lo permitiera.

Está todo el elenco de testigo. En primer lugar estoy defendiendo mi honor porque soy un profesor que ha ganado por concurso su cargo en la Universidad y no tengo nada personal con el señor, pero no voy a permitir ese maltrato. Yo defiendo el respeto en primer lugar y la valoración de los artistas del interior. En 20 años de carrera es la primera vez que me pasa, yo no me bajo de una ópera porque sí". 

 

Willy Landín

"Si hay alguien que se comporta de una manera incorrecta y vos estás con cien personas en el escenario, es mi responsabilidad mantener el clima de trabajo. Lo que pedí es que se retire de ese ensayo y claramente le dije ‘nos vemos a la tarde’, que había ensayo de primarios. Él estaba levantando la voz, haciendo ademanes, obviamente interrumpiendo el ensayo. Es más, venía hacia mí como para enfrentarme; una situación violenta. Había 100 personas, ¿y se fueron detrás de él? No, y no porque nadie las obligue, sino porque están felices.

Lo que me llamó la atención es que esa persona no se presentó nunca más. Se equivocó y en vez de dar una vuelta por el parque y volver tranquilo, tuvo un acto de divismo, pensando que el Teatro lo iba a ir a buscar con una limusina… Bueno, ahí ya no depende de mí. En 30 años de trayectoria, nunca vi algo así". Willy Landín