El domingo último, desde las 18.30 hs y hasta la medianoche, el jurado integrado por Marisel Illanez y Javier Farías -cabezas de la compañía A lanza seca- observó atentamente a decenas de parejas que, en rondas eliminatorias y en distintas categorías, participaron del Certamen de zamba. Fue en Angaco, organizado por el Ballet Municipal Adultos Angaco -que dirige Elina Cataldo- y en el marco del 4to Encuentro por el Día de la zamba. La decisión no fue fácil, aseguraron, ya que el Paseo Olmos desbordó de entusiasmo y talento. Finalmente resultaron ganadores Yanina Rodríguez y Guillermo Mortensen en categoría Adultos, Abigail Chaparro y Cristian Aguilera en Mayores; y Ailín Lucero y Joel Vega en Infantiles. Cada uno de los intérpretes recibió su trofeo de manera individual, ya que en los tres casos los bailarines no llegaron como parejas conformadas previamente, sino que se armaron antes de competir; una modalidad contemplada en esta edición del concurso. 

“Muy lindo, la gente estaba fascinada, ha sido un encuentro precioso. Nos encontramos con 29 parejas infantiles, 35 mayores y 25 de adultos, así que fue una responsabilidad muy grande, porque además era muy bueno el nivel. Nosotros somos habitués de los certámenes y hemos venido encantados, aunque es duro elegir, sobre todo cuando hay un nivel tan parejo”, comentó a DIARIO DE CUYO Illanez, quien supo sacar una postal. 

“Sí hay un estilo sanjuanino para bailar la zamba. A fines de marzo vino una pareja de preparadores riojanos a dar un seminario y, por ejemplo, una de las cosas que notó la maestra fue la cadencia con la que movemos el pañuelo. Hay modos muy identitarios, que tienen que ver con nuestra idiosincrasia y es lo que te distingue cuando vas a otro lado. Para mí también es un poco más lenta, más prudente, espaciada… De repente bailás con un riojano y es otra velocidad, aunque sea la misma danza”, agregó la bailarina y coreógrafa. 

“Es un rubro que nos gusta mucho y que gusta mucho a nivel nacional. En los festivales siempre se para todo cuando hay malambo o zamba”, acotó Farías, quien destacó el entusiasmo de los pequeños: “Y eso es mérito de los profes y de las familias que acompañan. Era un cantidad de niños bailando, ataviados con su ropita, que no es nada barata en estos tiempos; tan contentos… También pudimos disfrutar de los mayores, con algunos de los cuales nos hemos encontrado compitiendo. Y con los mayores pasa que tienen esa autenticidad que nos encanta”, acotó sobre lo experimentado a lo largo de la jornada, que culminó por lo alto. 

“El cierre fue muy emotivo porque se invitó a todos los bailarines a sumarse a una zamba. Fue hermoso ver el paseo de punta a punta lleno de bailarines”, sumó Cataldo, feliz por la convocatoria que sigue creciendo, desde adentro y desde afuera del departamento.