Una conocida frase de los aborígenes norteamericanos y que con el pasar de los años se vuelve más actual que nunca: ”Sólo cuando se haya talado el último árbol, se haya contaminado el último río y se haya pescado el último pez, las personas se darán cuenta de que el dinero no se puede comer”.

Los pasados años de nuestra historia han estado marcados por una profunda crisis de la que realmente no sabemos salir. Los analistas o políticos dicen ver el final, pero realmente todo sigue igual o peor. Ciertamente esta crisis no es nueva, los entendidos dicen que comenzó algunos años atrás agudizándose en la actualidad. De la misma forma lo hace otras crisis en potencia, el cambio climático, convertido ya en una catástrofe climática. Y otra catástrofe más la compone el hecho de que más de mil millones de personas pasan hambre.

En un sentido espiritual y anímico, en el año 1993 ya se sabía qué acontecería en el futuro, a través de Gabriele de Würzburg profeta y mensajera de Dios: ”Oh ved, las tempestades de los tiempos no solo han sido anunciadas, sino que llegan y arrasan en todos los continentes. Pero esto es sólo el comienzo. Continentes enteros se ponen en fluctuación pues las placas terrestres rotan cada vez más, ya que el magma de la tierra se calienta, por lo que se calienta también toda la tierra. Las personas pensáis a menudo en la atmósfera, que ya esta destruida, pero yo os digo que el magma se está calentando cada vez más y con ello muchas cosas se ponen en movimiento. La tierra se calienta, el hielo se derrite, llegan las inundaciones y las tempestades las anteceden”.

A pesar de que estas palabras fueron dichas públicamente, ¿hubo quién al escucharlas reflexionara sobre ellas? Hoy podemos decir que sólo unos pocos. Las iglesias las ridiculizaron y los cristianos originarios en vida universal fueron acusados de fomentar el pánico. El profeta de Dios fue calificado de apóstol de los tiempos finales y los políticos en parte apoyaron los ataques de las Iglesias. En base al poco valor que las personas dimos a las advertencias manifestadas en los años ’90 por el mundo divino y que nos fueron dadas con tanta seriedad y como ayuda a la humanidad para reconocerse y cambiar, el mundo divino hace dos años volvió a manifestarse tendiendo nuevamente una mano. Esta reciente ayuda se podría interpretar como una especie de protección interna ante las catástrofes y acontecimientos venideros, en esta ocasión Dios dijo: ”Que se salve quien quiera dejarse salvar antes de que este mundo se acabe”. Y llamó a dar un cambio interno.

Maximiliano Corradi

DNI 27.090.991