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El papel que desarrolló en 100 días para enamorarse le proveyó a su carrera la dosis de popularidad que necesitaba. Maite Lanata llegaba a la ficción de Telefe que encabezan Nancy Dupláa y Marco Antonio Caponi precedida de buenos antecedentes laborales, pero tal vez su trayectoria estaba necesitando un salto de calidad basado en la continuidad a lo largo de los capítulos y un papel que no pasara desapercibido. Podría decirse tranquilamente que la joven actriz (tiene apenas 18 años), a lo largo de su paso por 100 días… consiguió ambos objetivos.

Profesionalmente progresó a ritmo acelerado y su personaje, Juan, una adolescente trans que pelea por sus derechos a ser reconocido como varón, dio mucho que hablar. Apareció en un momento cultural que viene reclamando una apertura social con respecto a las elecciones de género y reforzó la instalación de un debate que promete ser extenso e incierto, ya que en ese terreno los argentinos estamos alfabetizándonos. Juan envió un claro mensaje con su desenvolvimiento en la novela: romper con los prejuicios y respetar las libertades individuales.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

@rimmelmoda ��

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Tanto su rol como su crecimiento individual despertaron el reconocimiento del público y de sus pares, halagando las virtudes de Maite para llevar adelante un personaje con tanto compromiso. Un ejemplo de lo que ha logrado se documenta en la encuesta anual de Paparazzi, donde periodistas con largo recorrido en el espectáculo la votaron como la Actriz del año. Más allá de todos los pergaminos que se ganó en tan buena ley, Maite conserva su humildad.

Contó que su padre se gana el pan vendiendo pochoclo en una plaza del barrio de Colegiales y que cuando tiene ratos libres no duda en compartirlos con amigas, como cualquier chica de su edad. Sale a pasear por cercanías de su casa, charla con sus conocidos o disfruta de un helado en la vía pública. No le teme a la exposición porque sabe que así son las reglas del juego. Ojalá nunca cambie.