No fue un domingo más para Alfredo Molina. Es que el Luto es puro fútbol y si bien ya está curtido en mil batallas, con ascenso al Argentino A ya conocido con Villa Obrera en 2001, para el ullunero fue un feliz domingo. Completo. Íntegro. De punta a punta porque empezó sufriéndolo desde el banco de suplentes, tuvo luego el protagónico después cambiando el partido, empatando el marcador y manejando a Unión a la victoria, y terminó el día festejando título 35 de su querido River Plate. Demasiadas cosas como para que el Luto aflojara y se le corriera una lágrima tras conseguir el pase a las semifinales del Argentino B: "Fue muy difícil todo. Muy intenso para nosotros porque sabíamos muy bien lo que General Rojo podía hacer. Ellos juegan bien y lo demostraron con el primer tiempo que hicieron. Nos complicaron mucho, acertaron en abrir el marcador y terminaron manejando nuestra desesperación en esa primera parte. Pero Unión tiene eso que hace posible lo imposible y cuando empezó el complemento, salimos a revertir la historia sea como sea, pero respetando nuestra forma de sentir el fútbol. Creo que eso fue lo más saliente. Que nunca renunciamos a lo que sentimos en la cancha. Tuve la fortuna de empatar y de cabeza, así que parece que tendré que seguir equivocándome (risas) para que nos vaya bien. Me emocionó el reconocimiento de esta gente que está con nosotros detrás del sueño del ascenso. Dijimos que era indispensable estar todos más unidos que nunca y demostramos que es así. Por eso la emoción, las lágrimas. Porque queremos conseguir eso que tanto nos ilusiona a todos’.