La última entrega de los Globos de Oro, premio a lo mejor del cine y de la TV que entregó la Asociación de Prensa Extranjera el domingo último por la noche, dejó bastante más que una ganadora bate récords -La la land- , una lista de candidatos al Oscar (se suele decir que son el "termómetro" de los grandes premios de la Academia de Hollywood) y una alfombra roja transitada por todo tipo colores, brillos y formas.

Dejó también, como suele suceder en este tipo de ceremonias, una serie de "perlitas" que -por lo menos- suele ser tan brillante como el nombre que completa la ya archiconocida frase "And the winner is..." (y el ganador es...). Es ahí donde también enfocan las cámaras, para captar los detalles más espontáneos, imprevistos y gags que conforman "la otra ceremonia".

Pero hubo una que sin dudas fue la más poderosa, no sólo por lo que significó para la velada -el toque político-, sino además por el nivel del rebote que tuvo fuera del hotel Beverly Hilton.

Ayer, el mismísimo Donald Trump, electo presidente de los Estados Unidos, le contestó a Meryl Streep, que aprovechó su momento en el escenario -recibió el premio a la trayectoria Cecil B. De Mille- para dar un encendido discurso contra el magnate. Streep recordó una vez que él imitó burlescamente a un reportero discapacitado y criticó la falta de respeto, la violencia y la xenofobia impulsadas desde el poder.

"Todavía no puedo sacarlo de la cabeza porque no estaba en una película, era la vida real. Y este instinto de humillar cuando es modelado por alguien en una plataforma pública, por alguien poderoso, gotea en la vida de todo el mundo porque da permiso para que otras personas hagan lo mismo. La falta de respeto invita a la falta de respeto, la violencia incita a la violencia", dijo entre otras cosas. 

Vía Twitter, Trump devolvió la mano, menospreciando a la reconocida figura: "Meryl Streep, una de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood, no me conoce, pero me atacó anoche en los Globos de Oro / Ella es un títere de Hillary (Clinton), quien perdió a lo grande.

Por enésima vez, nunca me burlé de un periodista con discapacidad (nunca lo haría), sino que lo mostré 'arrastrándose' cuando cambió totalmente una historia de 16 años de antigüedad con el fin de hacerme quedar mal.

Más de los medios deshonestos", disparó, acaparando los titulares de los medios internacionales -¿tanto como la misma entrega?- en un ida y vuelta histórico, de película... y hasta para un Golden Globe.