El romance sobrenatural entre puras e inocentes humanas y pálidos vampiros es "el" fenómeno adolescente que se disparó el año pasado cuando Crepúsculo, el primero de los cuatro capítulos de la franquicia de la escritora estadounidense Stephenie Meyer aterrizó en los cines de todo el mundo y arrasó con las taquillas. Ayer, el segundo episodio arribó a la gran pantalla -incluida la local- para apuntar nuevamente al corazón de los jóvenes que palpitan al ritmo de este amor imposible, destronando al joven aprendiz de mago Harry Potter -creación de la inglesa J.K. Rowling- y a su mundo de magos y hechiceros que habían copado el mercado.

Así llegó la reivindicación del legendario y oscuro universo que nació en 1897 con el sanguinario conde Drácula -del irlandés Bram Stoker-, que se convirtió en el terror de las jóvenes en el siglo XIX, y que en formatos varios continúo exprimiendo cuellos hasta la primera mitad del siglo XX.

En la década del ’70, fue la escritora Anne Rice quien les incorporó a los vampiros una dosis de erotismo en su libro Entrevista con el vampiro, llevado al cine en 1994 por Neil Jordan con los protagónicos a cargo de Tom Cruise y Brad Pitt. Y en pleno Siglo XXI, amoldados a los nuevos tiempos en una versión gótica-light, los famosos chupasangres han vuelto, pero ya no como los temibles depredadores que sienten aversión a los rayos del sol, las estacas de madera, los crucifijos y las ristras de ajos, sino como los galanes del momento.

Nacidos en la pluma de Meyer, esta nueva generación de vampiros que habita en los mágicos bosques y húmedos inviernos de Forks, población de Washington en la que se emplazó el rodaje (no en Transilvania como su antecesor), va camino a convertirse en uno de los tanques literarios y cinematográficos de las últimas épocas.

La fascinante relación entre la adolescente Bella y el irresistible vampiro Edward de eternos 17 años, enriquecida por la misteriosa presencia de hombres lobos, despegó con Crepúsculo en 2006 y continuó con tres libros más denominados Luna Nueva, Eclipse y Amanecer; además de Sol de Medianoche (título extra saga que la autora no se decide a publicar pero ya circula en Internet y relata la historia desde el punto de vista del vampiro protagonista). Y con condimentos más que suficientes, no tardó en arribar al cine en 2008, donde sigue haciendo sentir su dominio (Eclipse ya se terminó de rodar, aunque se estrenara en 2010). En este tren también aparecieron otros films como The Vampire’s Assistant, una peli basada en las novelas infantiles de Darren Shan y protagonizada por Salma Hayek. Y también con otras historias y protagonistas, el fenómeno se trasladó a la pantalla chica, en las series True Blood -que prepara su tercer ciclo en HBO- o Diario de un vampiro -que debutó hace un mes en Warner-.

Sea en el cine, en la tele o en los libros, con un nombre o con otro, hoy la tendencia es la misma: caballerescos Romeos de las tinieblas, con siglos y siglos de inmortalidad, caen rendidos a los pies de una casta y humana Julieta; y se desata la lucha interna contra sus viscerales deseos de matar; un cuento de amor imposible con colmillos y sed de sangre que ha resultado todo un batacazo.