Fue escrita en 1936 y hasta el día de hoy es una de las composiciones a las que más se recurre para enseñar a los niños, jóvenes y adultos también cómo está compuesta una orquesta y cómo suena cada instrumento. Pedro y el lobo, del ruso Serguéi Prokófiev, es la obra con la cual la Sinfónica de la UNSJ continuará su ciclo de conciertos didácticos 2023, ahora de la mano de César Iván Lara, que se pondrá al frente de los Conciertos para las Escuelas. El director venezolano -ya un "amigo de la casa" y a quien la formación eligió para abrir la actual temporada- sucederá a la conductora cubana Yeny Delgado, quien en agosto dirigió Concierto para la Familia, que debutó en el Auditorio y se replicó luego en Iglesia y Valle Fértil.

Como en la ocasión anterior, Silvio Guevara será el narrador de esta apuesta dirigida por Lara, que tendrá dos funciones por día, desde el 1 al 3 de noviembre, y que sumará un par de "yapas" muy atractivas. Es que antes de Pedro y el lobo, los chicos tendrán una primera aproximación a las familias de instrumentos con temas académicos y populares, desde un fragmento de la Serenata Nocturna, de Mozart, hasta música de videojuegos, pasando por "Despacito". Y al final, como frutilla del postre, la Sinfónica ejecutará una versión de Manuelita, junto a la cantante Luciana Escudero, "como para que los niños se vayan cantando". 

"Será una especie de fiesta musical", definió Lara esta experiencia, destacando "la genialidad de Prokófiev" para representar cada personaje del cuento con un instrumento. "Será una experiencia muy bonita y estamos felices. Yo fui un niño que alguna vez fue a un concierto y valoro enormemente lo que significan. Es muy bueno que las orquestas tengan un rol de este tipo y sé que aquí se hace y se hace bien", valoró el director, que en 2015 dirigió aquí La bella durmiente (junto a los títeres de Gardiol). 

"Ir a un lugar como el Auditorio, que entrás y ves toda la proyección del escenario con el órgano; y recibir todo lo que significa una orquesta, ya es una ganancia. Y para nosotros ver la felicidad de los niños no tiene precio", agregó Lara, convencido de que esas audiencias pueden ser un semillero. Y aun cuando el concierto no signifique el despertar de un futuro artista, "soy un convencido de que la música, directa o indirectamente, tiene la capacidad de hacerte mejor persona". 

En ese sentido, Lara sostuvo la importancia de que los pequeños tengan acceso a la sala y a los conciertos. "La Orquesta está allí siempre y hay que estar recordando que está al alcance de todos. Es un derecho de cada niño", concluyó el discípulo del M¦ José Abreu.