Cumplió en julio 40 años de trayectoria sobre los escenarios, los primeros 10 como músico trovador y el resto como humorista. Con un estilo inconfundible, El Flaco Pailos volverá a San Juan, esta vez con un show novedoso que hace pocos meses preparó y tituló "La Pailoneta del Humor". Es una propuesta que contiene diversos recursos cómicos que acopió a lo largo de giras y rutas recorridas por el país. En el menú ofrecerá desde anécdotas graciosas que el protagonista vivió en cada provincia que visitó hasta las historias y cuentos del mundo futbolero, pasando por lo que pasa con los hijos y los padres y el recambio generacional en los consumos del entretenimiento en la familia, la imitación; además del doblaje "un poco argentinizado" de series y películas norteamericanas de los "80 y "90 (División Miami doblada al porteño, Juego de Tronos doblada al santiagueño y Pulp Fiction doblada al cordobés). Tampoco faltarán los clásicos cuentos de médicos, de borrachos y su nuevo personaje El Charqueño Sietemesino, del imaginario pueblo de El Charco. Con el fanatismo y lealtad pirata por Belgrano de Córdoba, más la química que sabe utilizar para tirar algún guiño en el contexto que le toque actuar en cada ciudad, Pailos pone primera en su Pailoneta; pero antes charló con DIARIO DE CUYO sobre los fundamentos y la esencia de un estilo que supo construir durante todos estos años.


"Estamos con una gira nacional y llegaremos a Mendoza y San Juan. Es un unipersonal que tiene bandas sonoras, personajes, tangos y cuartetos. Vamos en la Pailoneta con historias de cancha, de vivencias; y algo importante, es para toda la familia, para que se ría en vivo y en directo", dijo el humorista. En sus recorridos, Pailos toma aspectos de la cultura general argentina y adapta cada particularidad e identidad a su guión humorístico. A mano tiene siempre un cuaderno y anota todo lo que le resulta curioso, se interesa por hechos de la vida cotidiana y conversa a menudo con cualquier trabajador o profesional en la calle, en un bar o incluso en las salas donde actúa. Le gusta mantener un diálogo fluido para generar ideas y nuevos cuentos; y suele suceder que esas ideas surgen, de manera espontánea, incluso durante la función.


"Con los años aprendí mucho de cada lugar, me meto en la idiosincrasia de la gente, me gusta averiguar cómo es la tonada, cómo se dicen las cosas, charlo con los que laburan en el teatro, me entero de cosas que pasan en cada ciudad. Por más grandes que sean, son como una aldea, todos se conocen y con eso armo mis chistes", señaló el cordobés. Por ejemplo, aprovechando la ocasión de girar por Cuyo, habrá alguna alusión a la "pica" que existe entre mendocinos y sanjuaninos, pero aseguró que busca puntos en común, como la tonada al hablar; aunque se anima a opinar de los vinos, un debate que puede resultar picante. 


"Cada vez que visito San Juan y Mendoza es como estar en casa, porque me recibieron y me reciben siempre bien desde que hago esto. Lo principal es que en tema de vinos, Mendoza es conocida por su perfil alto y para los porteños es una referencia. Pero nosotros que vamos y venimos por las provincias, sabemos bien que los vinos sanjuaninos son muy buenos también. Hace poco se declaró que San Juan tiene uno de los mejores malbec del mundo; y si hablamos de jamón crudo, es increíble, eso y los vinos son riquísimos", comentó.


Respecto a su rutina, contó que en cada viaje, hasta cuando descansa en el hotel, anota y escribe. "No uso computadora, tengo como 60 cuadernos con anotaciones y chistes, solo yo me entiendo la letra y por ahí quizás un médico me pueda traducir. Siempre estoy pensando en algo nuevo para hacer. Para mí es un oficio artesanal y una profesión, porque voy cuidando mucho las cosas. Y como todo, hay que mejorar, renovarse. Todos los que hacemos humor somos muy observadores de la realidad que nos rodea, andamos con una antena abierta todo el tiempo", resaltó y coincidió que, si hay algo que caracteriza al cordobés, es que lleva en los genes el sentido del humor y supera cualquier adversidad con tan solo reírse de la vida cotidiana.


"En Córdoba, cualquier reunión de consorcio se convierte a los tres minutos en el show del chiste, porque están compitiendo a ver quién habla más huev... que el otro. Por ahí el problema que tenían que resolver del tema del edificio no se soluciona, pero se cag... de risa durante un rato. Los cordobeses somos así. Por eso somos pioneros en el stand up, lo hacemos todo los días, porque las historias, las anécdotas, los desencuentros, las cosas que nos pasan como tipos comunes, se van contando de boca en boca y de generación a generación y después terminan siendo chistes y cuentos cómicos", explicó el Flaco.


Con los años fue adquiriendo nuevos recursos y nutriéndose de ideas frescas, de cualquier situación que le toca atravesar, tanto arriba del escenario como cuando no está actuando. Y aunque no se quedó en aquellos cuentos que hoy son clásicos del rubro, como el cuento de Tarzán que sanjuaninos y mendocinos siempre le piden repetir -señaló-, a él no le molesta hacerlos para darles el gusto. Eso sí, al momento de escuchar las grabaciones, considera que hay algunos chistes que ya suenan algo anticuados y se ve obligado a adaptarlos a los nuevos tiempos, especialmente en cuanto a las temáticas que abordan y al blanco al que apuntan. 


"Creo que ahora no se puede ser hacer humor con todo. Tengo una hija que tiene 21 años que trabaja y estudia, mi esposa es psicóloga y ellas me hicieron ver que la violencia de género está muy fuerte. Aprendí que hay que tener cuidado con meterse en ciertos temas. Estamos en una sociedad en la que hay que respetar al otro y hay temas que hay que tomarlos en serio", reflexionó. Sin embargo, con picardía sostuvo: "Salvo los chistes a la suegra, de los que hasta ahora nadie se me queja, nunca tuve problema ni de parte de hombres y ni de mujeres", rió. "Pero, soy consciente de que hay que adaptarse a este presente. Lo que pasa es que no hay que herir ni faltar el respeto. Hay que reírse con el otro, no del otro. La cosa pasa por compartir con la gente, reírnos de nosotros mismos y no burlarse", opinó Pailos, que se para en la vereda de los humoristas que no deben reforzar estereotipos. "Siempre hay que mantener el respeto y la humildad, porque el humorista trabaja para la gente, que es la que le da de comer en cada función", concluyó.

> DATO
La Pailoneta del Humor. Domingo 14 de agosto a las 20.30hs. en Cine Teatro Municipal de San Juan (Mitre 41este). Entradas: $2.500 general en www.entradaweb.com.ar