Luciana Salazar volvió a ser noticia. Después de un tiempo de silencio y ostracismo en Estados Unidos, la rubia regresó hace unos meses al país y se preparó para la detonación de la bomba del año: se convertirá en madre en diciembre a través de un vientre de alquiler. Y, además, se separó de Martín Redrado. 

“Entendí que la historia de amor más grande de mi vida debía terminar”. Con esas palabras la ex vedette no sólo confirmó a la revista Gente una nueva separación en la pareja, sino que reveló los angustiantes motivos que la llevaron a tomar la decisión: “Es demasiado conservador como para cargar con el hecho de tener una mujer que espera un hijo que no es suyo”.

LA SEPARACIÓN DEL ECONOMISTA

- "Después de muchas charlas, una separación (a fines de 2014) y terapia de pareja, cuando volvimos a intentarlo (en septiembre de 2015), yo me planté y le dije: 'Martín, mi deseo de ser mamá es determinante para continuar, yo no voy a pedir ni llorar en soledad'.Lo entendió y se convirtió en un deseo de pareja, una linda ilusión compartida, y en julio de 2016 decidimos congelar mis óvulos".

- "La relación se desgastó demasiado y con él mi sueño era imposible. Además, Martín está muy nómade. Ya ni los tiempos nos hubiesen coincidido. Yo no concibo una pareja si no es ciento por ciento”.

- "Nada me hubiese gustado más que llevar en mi propio vientre a la hija del hombre que amaba. Pero ante el panorama, el fin de la relación era inevitable”.

“Me imaginaba embarazada, sola y sufriendo por ese amor. ¿Y si a mi bebé le pasaba algo? Jamás me hubiese perdonado que tanta angustia le hiciera daño”.

“Martín y yo tuvimos una conexión de otro mundo, que ojalá alguna vez pueda tener con otro hombre. Por eso, cuando todos hablan de ‘enganche sexual’ o que yo fui su ‘juguetito fetiche’, nos hace gracia. Lo nuestro fue superior a la química: más que simbiótico, fue espiritual”.