Desde Francia, la reconocida chef Maru Botana (51) contó que junto a su familia son de los tantos argentinos varados por el cepo a los pasajeros como medida para retrasar la llegada de la variante Delta de coronavirus.

Pero por lo que detalló se entiende que muchos quisieran estar en su lugar, no solamente para conocer el verano del hemisferio norte en un pueblo francés.

"Estoy en una casa de una tía en Lyon, en el sur de Francia", comenzó la cocinera, quien primero detalló que la casa era "re linda" y se encontraba "en la campiña francesa". Más adelante, revelaría que tal descripción de la vivienda le queda corta.

En diálogo con el programa Común y Corriente, de Radio 10, la también empresaria gastronómica aseguró que está allí con toda su familia y que no tienen fecha de regreso "porque están cancelando vuelos".

Tenía que volver el 7 de agosto pero con las restricciones se suspendió, aún indefinidamente. "Somos una banda, es re complicado", dijo.

"Una lástima porque es triste que no puedas volver a tu país. Es insólito que pase esto, pero hay que vivirlo. Yo soy apolítica y siento que es muy difícil gobernar el país, pero siento que hay muchas cosas que son muy especiales y raras", esbozó como queja.

Aseguró que su familia y ella deben volver por los trabajos, los colegios y muchos compromisos que tienen en el país.

"Yo trabajo para viajar, es mi gusto, es mi premio. Prefiero eso que comprarme ropa cara o cualquier otra cosa. Esta situación es dificilísima. Yo soy positiva y de pensar que se va a solucionar y vamos a poder volver", agregó Botana.

Y siguió. "Me da tristeza que cuando pasan estas cosas en la Argentina te dan ganas de irte. Por qué hacen esto. Un país que es hermoso y que lo adoro y me pregunto por qué pasa esto", insistió.

La tía del castillo

No obstante, cuando contó que su tía (de 85 años), dueña de la vivienda donde está junto a su marido y ocho hijos, conoció a su marido francés en Pinamar, dio más detalles del lugar, y la descripción, al menos, es un aliciente para el trago amargo de no poder volver.

"Este lugar donde estamos era un lugar donde se alojaban las tropas de Napoleón. Era un fuerte y se hizo castillo", reveló. "¿O sea que estás en un castillo ahora?", le preguntaron los entrevistadores. "Sí", respondió la cocinera de manera muy natural.

Según dijo, el lugar tiene 15 habitaciones con dos baños por cuarto, más piscina y cancha de tenis. "Es una locura, un pueblito tan de cuento…", definió.

También contó que allí existe una huerta pública donde hay desde nueces hasta zucchinis, y que uno mismo debe ir a cosecharlos y luego pagarle a la cooperativa que lo maneja. "El pueblo vende lo que produce", relató al tiempo que dijo que no hay verdulerías por este motivo.

 

Fuente: Clarín