Haber llegado a la final del Pre Cosquín en el rubro tango, en su primera incursión en el famoso certamen federal, no fue la única alegría que recibió el año pasado Melodía Leiva. Luego de participar en Pre Mica Cuyo, la violinista y cantante chilena que hace más de dos décadas vive en San Juan y cuya carrera parece soltar amarras en el país, resultó la única joven tanguera de Argentina convocada para cantar junto al famoso director de orquesta, compositor y bandoneonista Leopoldo Federico. El Maestro quien la eligió entre decenas de voces del PreMica 2012 para apadrinarla, grabando junto a ella un tema del disco MICA 2013, que contará con las voces de otros artistas nóveles de distintos géneros y sus "mentores’ -Pedro Aznar, Juana Molina y Liliana Herrero, entre otros-, que se concretará el mes próximo en el marco del MICA Nacional (Mercado de Industrias Culturales Argentinas) en Capital Federal.

La noticia la recibió de Andrés Mayo, productor del PreMica Cuyo 2012, con quien grabaron varios grupos y solistas seleccionados de la región y quien personalmente le dio la noticia, que recibió "muy seria y agradecida’, aunque apenas colgó tuvo un ataque de risa de los nervios.

"Mayo se llevó muy buena impresión mía y seguimos en contacto. Me dijo que me iba a recomendar en MICA como artista sobresaliente de PreMica Cuyo y que contara con su apoyo. Él en su muro ha posteado mis videos y gracias a eso mucha gente en Buenos Aires conoció mi laburo’, explicó Melodía. "Él le acercó a Federico lo que grabamos en San Juan (Che bandoneón, de Troilo-Manzi) y entre todo lo que escuchó de los distintos PreMica, el Maestro me eligió para apadrinarme y grabar con él su versión de ese tango, donde sólo canto, no toco violín. Seré la única de la provincia en el disco, y la única del país en ese género’, se explayó la intérprete de 36 años, que a los 11 se radicó en San Juan junto a sus padres, que llegaron para sumarse a la Sinfónica local: el contrabajista Sergio Leiva, y la cellista Orietta Cerezzo (fallecida hace poco).

Tango clásico con un estilo muy personal, dentro de un repertorio que va desde piezas antiguas hasta la década del 50, es lo que caracteriza a Melodía, que entre los genes y el nombre, tenía el destino marcado.

"Mi abuelo materno era compositor, cellista, contrabajista y gran pianista; y era amante del tango; era el cellista de la orquesta de Antonio Rodio. Y mi abuelo paterno era cantor, estilo Edmundo Riveros, tocaba la guitarra y cantaba magistralmente. Yo soy la mezcla, por un lado lo docto y por otro lo popular, ambas raíces muy profundas en mi vida musical, que ha recorrido casi todos los estilos’, se enorgullece la joven que también forma parte del grupo local El Trompezón, dirige la Orquesta Escuela de Sarmiento y no duda en confesar que el tango es "mi amor total’.

"Toqué tango desde chica. Recuerdo que la primera vez que lo hice fue Piazzolla, en la Orquesta Juvenil de la UNSJ. Luego ingresé con 17 años a la orquesta de Vicente Costanza y de ahí no paré. Fundé en Chile un octeto que llevaba su nombre, de sonido troileano, tal como le gustaba a Vicente; pero a cantar empecé en 2006, cuando una enfermedad a los nervios del brazo izquierdo me impidió tocar el violín’, relata Melodía, a quien le dijeron que nunca más podría ejecutar ese instrumento. "Empecé a cantar por desesperación, no por proyecto ni condiciones. La angustia de no poder expresarme con el violín me llevo a cantar’, reconoce quien finalmente pudo romper sus ataduras. "El canto me sanó el alma y ahí el brazo comenzó a funcionar’, reflexiona la intérprete que ahora se prepara para registrar su propio CD de tangos y para lucirse junto a uno de los grandes de la escena nacional, quien ayer, en su primera charla telefónica, elogió su voz y su trabajo.