Gerente de Recursos Humanos de Energía San Juan y Licenciado en Ciencias Políticas, Sergio Gurgui Vázquez comandará -oficialmente desde el martes próximo- los destinos del Mozarteum Argentino de San Juan, institución que promueve sobre todo la música clásica con sus temporadas de de abono y otras actividades culturales.



'Fuimos perdiendo cuerpo y hay que tratar de revertirlo. Necesitamos enriquecernos y ser permeables a nuevos aportes y nuevas ideas. Pienso que el Mozarteum San Juan goza de buena salud, después de todo'. 

Después que se conociera la resolución de la asamblea de socios, Gurgui accedió a una entrevista con DIARIO DE CUYO y dejó entrever cuál será el rumbo que tomará esta asociación sin fines de lucro, que cumple 35 años de existencia.

- Ante una creciente diversidad de producciones culturales en la provincia ¿Qué lugar ocupa Mozarteum?

- Desde hace muchos años San Juan creció en el plano cultural, se ha posicionado como la capital cultural del oeste argentino, superando ampliamente a Mendoza. Muestra de ello es la construcción del Teatro del Bicentenario y la renovación importante de varios museos. La piedra angular y espacio natural para nosotros, es el Auditorio Juan Victoria, único en Latinoamérica. Este desarrollo fue posible, es la existencia de políticas públicas que desde el Estado, han garantizado y creado las condiciones para sostenerlo e impulsarlo. Con todo esto, el Mozarteum ha sido una pieza clave que aportó lo suyo, traer espectáculos internacionales y nacionales de excelencia en música clásica. 

- ¿Cómo piensa dirigir la institución y que perfil tendrá bajo su tutela?

- Si hay algo que lo ha caracterizado y que lo hace mantener como organización seria es su propuesta de la excelencia en la calidad de sus espectáculos. Podrá gustar o no algún concierto, como en cualquier ámbito parecido. Yo por ejemplo, en lo personal, asistí a conciertos de música sacra francesa de la edad media y quería irme a los cinco minutos, no me gustaba. Pero hay que reconocer que desde se creó Mozarteum, siempre se trabajó por la excelencia. Ese fue su denominador común y continuará así en los años subsiguientes. 

- ¿Cómo evitar tener el mismo final de las otras filiales?

- Antiguamente existieron hasta 17 filiales en todo el país. Pero hoy solo viven dos, San Juan y Jujuy. El resto fue muriendo con sus miembros. Nos tocó una crisis generacional e institucional muy grande. La comisión directiva que hay es un equipo muy activo. Son unos tigres que trabajan muchísimo. No creo en las figuras providenciales, sino en el esfuerzo en equipo. Este núcleo duro moviliza y gestiona. Pero es cierto, veo que hace falta sangre nueva.

En la gestión reciente de (Eduardo) Savastano, mejoraron los procesos administrativos y comerciales, crecieron las ventas, los mecanismo para darle facilidad a los abonados acceder a los conciertos. Toda esta fuerza virtuosa quiero aprovecharla para continuar por el mismo camino. En esta institución no hubo tropiezos, pero nos amenaza el tiempo. Fuimos perdiendo cuerpo y hay que tratar de revertirlo. Necesitamos enriquecernos y ser permeables a nuevos aportes y nuevas ideas. Pienso que el Mozarteum San Juan goza de buena salud, después de todo. 

- ¿Qué mecanismos piensa para incorporar nuevos miembros y formar a un nuevo público?

- La música clásica no es privilegio de la elite. Incluso ir a un concierto de Mozarteum es más barato que asistir a un recital de La Renga. Queremos que lo nuestro sea una opción atractiva e interesante a los jóvenes. Seguiremos con precios diferenciales para los estudiantes y recurriremos a las tecnologías de comunicación que utilizan hoy. Mozarteum tiene una identidad muy definida y no va a correrse de ello. Nuestro trabajo será compatible con lo que pueda ofrecer el Teatro Bicentenario, como así también otros espacios e instituciones que tengan producciones culturales diferentes.

- ¿Se asociará con otras organizaciones que nunca antes fueron convocadas?

- Somos abiertos a todo tipo de articulación con otras entidades en la medida que podamos aprovechar sinergias. No me gusta que terminemos vendiendo camisetas o hacer un negocio por el estilo. No queremos perder de vista nuestros propósitos. Somos una organización totalmente voluntaria. Si termináramos en la mercantilización, no sería ético, perderíamos nuestro espíritu y naturaleza. Nos debemos aferrar a la historia y al prestigio, como así también al estatuto que nos dio la vida; y el respeto que supo ganar de la comunidad. 

- ¿A quién le gustaría traer para una temporada?

- Si me pongo a soñar, elegiría a Martha Argerich, que desde muy jovencita que tocó en San Juan, no volvió más; y también a Daniel Barenboim. Ambas son figuras imponentes, aunque difícil de traer, porque hasta muy rara vez pasan por Buenos Aires. Pero bueno, es mi fantasía. Lo cierto es que ya podremos realizar conciertos a dos pianos y esa es una posibilidad fantástica.

 - La poca experiencia en gestión ¿será una prueba a superar? 

- No me asusta esta tarea. Ocuparé más horas de mi vida por esta causa, con gente sana, comprometida y que trabaja en equipo. Cuando camine más, tendré la cancha que se necesita. Pero en mi perspectiva, tendré el respaldo incondicional de la comisión directiva. Además, vengo de una familia con vocación de servicio. Mi compromiso será renovar esta institución y mejorarla en todo lo posible. Mi objetivo es poder ampliar la base para que se incorporen más socios. Hay mucha gente valiosa que puede formar parte, que tienen derecho a opinar, elegir, votar y apoyar.