Yamila Cafrune


El año pasado Don Jorge Cafrune hubiese cumplido 80 años y por eso su hija Yamila -la única de los seis que tuvo el cantor que se dedicó a la música- ideó Cafruneando, un encuentro íntimo entre la cantora, su guitarra y el público para conocer en profundidad la obra de uno de los grandes maestros del folclore nacional. Con esa propuesta vuelve a San Juan Yamila Cafrune, para recordar a su padre sin nostalgia ni llanto, sino con su música, anécdotas e imágenes de la vida familiar y artística. Ahí estarán, en la voz de su heredera, esas canciones que Cafrune popularizó y puso su sello, como Zamba de mi esperanza, Virgen india, Las golondrinas, o Cuando llegue el alba. 


Además, este año se cumplen 40 años del fallecimiento del músico tras ser embestido por un rastrojero, cuando iba a caballo camino a Yapeyú a un homenaje al General José de San Martín. Un accidente ocurrido en plena dictadura sobre el que Yamila, que además es abogada, quiere echar luz y cerrar una herida, según contó en esta entrevista con DIARIO DE CUYO, antes de presentarse esta noche en Sala Z. 


-¿Cómo era la relación con su padre?


-La relación con el papi era muy buena, sabiendo que era un papá muy ausente; si bien ahora los cantores también estamos ausentes de la vida de nuestros hijos, la tecnología te acerca. En aquella época no había esta tecnología, tenías que pedir la llamada, te la pasaban tres o cuatro horas después, ahora podés hacer videollamada. La relación con mi viejo fue hermosa, a pesar de la ausencia. 

-¿Cuándo comienza tu relación con el canto?


-Me gustaba cantar desde chiquita, canté siempre viéndolo a él cantar, como referente mío, después con cantores que iban a casa... pero mi decisión de cantar empieza después de haberme recibido de abogada en el año 91, eran cosas que tenía que terminar de estudiar para poder dedicarme a eso. Es una condición que mi mamá me había puesto y hoy en día se lo agradezco. No ejercí con la matrícula pero sí con el conocimiento, hice uso del él para poder sacar adelante a mi familia. Tuve que trabajar de otras cosas, cuando no había espectáculos mis hijos tenían que comer igual.

-¿Qué diría Cafrune si viera su carrera?


-No sé que pensaría. Mi padre no quería que yo cantara. Cuando tenía 12 años, noviembre del 77, muere el 1 de febrero del 78, me preguntó qué quería ser cuando fuera grande, le dije "cantora" y me dijo "no"; que ese era un mundo muy solitario y no era para una mujer sola. No voy a decir lo que me dijo exactamente, te lo digo de salón. Y entonces me dijo "qué otra cosa quiere ser", le contesté "abogada". Me dijo "no, tampoco". Así que soy las dos cosas que él no quería que fuera. 


Pero creo que le gustaría la forma de ser que tengo con la gente, le devuelvo a la gente que va a verme el respeto y el cariño que me demuestran a mí. 

-¿Sufrió el machismo en el folclore?


-Es bastante común que sea muy masculino o machista el ambiente en el que estamos: por una mujer que sale exitosa, tenés cinco varones que son exitosos, eso tiene que ver no solamente con lo que cantan y su preparación, sino con que también son bonitos, eso tiene que ver con el comercio que hay en el ambiente artístico. 

-¿Se siente conforme con la versión oficial sobre la muerte de Cafrune?


-No es algo cerrado, está a medias. Creo que son cosas que se pueden rever, eso es lo que estoy tratando, que se abra la causa, sacar el expediente, poder leerlo de nuevo y ver si realmente fue lo que dijeron, o no. Si no es, se tendrá que ver si hay alguna causa para abrirlo nuevamente como de lesa humanidad. 


Si está todo bien, los testimonios son verdaderos, la cosa sea bien limpia, otra no queda más que creer en lo que se investigó, de lo contrario existirá la posibilidad de hacer una investigación nueva. 

-No era un hombre fácil de callar...


-No, no era fácil... no se callaba en realidad, directamente no se callaba nada, por eso muchos piensan que lo que pasó tiene que ver con eso. Que es lo que quiere creer la gente: que no fue un accidente. 

-¿Y usted qué cree?


-Yo quisiera saber la verdad. Estuve muchos años creyendo que fue un accidente y después hay testimonios de gente que estuvo detenida en La Perla (regimiento en Córdoba), diciendo que habían escuchado decir a los militares otra cosa. 


Cuántas veces la gente dice "a este tipo lo mataría", el que nunca dijo eso que tire la primera piedra. Habría que ver si el que dijo "a este tipo hay que matarlo" no tenía el poder suficiente como para mandar a hacerlo. 


Yo fui muy ignorante, conmigo esa época logró su objetivo. Yo vivía en el campo, después me fui a Santa Fe capital, yo sabía de las desapariciones, pero no entendía bien, porque en mi casa no se podía hablar, era tanto el miedo... mi mamá se queda sola con cuatro hijas, imagine.


Lograron conmigo hacer un producto típico de la época, la ignorancia absoluta. Cuando fui más grande me di cuenta de los peligros que había vivido y de las cosas que había pasado. Fui una de las que se salvó por ignorar. 

¿Cree que la música de Cafrune ha sido bien reconocida?


-Sí, porque a mí no me importa qué medio importantísimo lo reconozca a mi papá. Me importa que a donde voy, y te aseguro que no son solamente las capitales, sino que voy a los pueblos donde no va nadie a cantar, el nombre de mi papá está en la mesa todos los días, o permanentemente en la boca de gente grande, de mediana edad y jóvenes. Sí está reconocido donde él hubiera querido ser reconocido, que es en el pueblo, te lo puedo asegurar. 


-¿Qué significa para vos ser Cafrune?


-Ser una persona con una responsabilidad social capaz que mucho más visible que otros, mucho más a la vista que otras personas cuyo apellido no ha estado en un escenario.

 El dato
"Cafruneando". Hoy miércoles a las 21.30 en Sala Z, (Pedro Echagüe 451 Oeste). Entrada $200 en boletería de la sala.