Licenciado en Ciencias Políticas y docente e investigador universitario, Álvaro Poe Olmedo es -además- uno de los escritores destacados que ha dado la provincia, referencia que se ha ido construyendo a partir de sus publicaciones, que incluyen novela, ensayo, guión y especialmente poesía. A ese anaquel propio acudió para debutar en "Pájaros errantes", renombrado encuentro poético internacional al que fue invitado, organizado por el Círculo Literario Bio-Bio (con capital en Concepción, Chile), que tiene como eje la palabra y la naturaleza. Por primera vez el festival de eco-poesía se abre a autores de otros países (Argentina, México, Costa Rica, Bolivia, Uruguay, Cuba, Venezuela, Colombia Salvador, Ecuador y España) en su también primera edición virtual; aunque con la esperanza de llevarlo a un encuentro cara a cara en 2021, "dado que la poesía implica miradas, gestos, inflexiones, silencios, que ganan en la presencialidad". 


"Es interesantísimo por la temática, porque el centro de todo es el ambiente, pero en términos muy genéricos, incluso cómo determina las conductas humanas", explicó a DIARIO DE CUYO Olmedo. "Y el nombre, Pájaros errantes, alude a que somos todos aves en una búsqueda que nos eleva, que puede ser angustiante por momentos, porque también significa descensos y caídas, pero que en definitiva siempre nos llevan a retomar el vuelo", agregó el autor de libros de poesía como "Existencia en vuelo", "A sabiendas que el amor", "De reinos y desiertos" e "Impoético".


Lo que se leerá de Olmedo en "Pájaros errantes" será algo de "Pólvora de paz", donde el escritor sanjuanino aborda la situación de Palestina y cómo el hombre no encuentra otro lenguaje que no sea el de misiles y bombas, paradójicamente, para buscar la paz. Y también algunos poemas de "Delirios de autor", un libro inédito con una temática totalmente distinta, que refiere a situaciones de amor y desamor en sentido amplio, de encuentros y desencuentros.

"La poesía es uno de esos puentes que nos saca del aquí y del ahora, nos lleva a otros mundos, principalmente al del otro".

Oasis y a la vez puente, el escritor está convencido de que este género literario que varias veces se ha visto "arrinconado" en el convulsionado mundo actual -"las redes, con una agresividad que no permite el diálogo, mucho menos la reflexión y la introspección, son un claro ejemplo de eso", dirá- es la herramienta necesaria, "imprescindible" subrayará, para pensar, para crecer, para alcanzar esa paz.


"Cada vez que alguien pregunta ¿Para qué sirve la poesía?, se me ocurre preguntarle ¿Y para qué sirve el amor? Nos han formateado en un utilitarismo donde todo lo tenemos que pensar casi en función de la rentabilidad de mercado. Y en ese utilitarismo absoluto, lejos de toda cuestión espiritual, no hay lugar para el amor y mucho menos para la poesía", lamenta quien ha sido parte de homenajes escritos a Benito Virgilio Luna (El último decidor) y a Jorge Darío Bence (Tributo al Aparcero Mayor de Cuyo). "Sin embargo el hombre necesita volver a ese reencuentro, con él y con el otro; y por eso la poesía sigue viva", explica.


"La poesía es uno de esos puentes que nos saca del aquí y del ahora, nos lleva a otros mundos, principalmente al del otro. No puede ser entendida como ese espacio de regodeo del yo y nada más. Eso puede ser catarsis, pero no poesía. Con la poesía podemos lograr la otredad, que es un paso evolutivo más interesante que la empatía. La empatía es ponerse en lugar del otro. La otredad es ser en el otro, con el otro; como decía Borges. Y la poesía es eso, un intento, casi desesperado, de encuentro con el otro", se explaya quien se volcó a este género hace un par de décadas.


Álvaro cuenta que siempre escribió sobre temas periodísticos y científicos, y que incluso llegó a burlarse de la poesía, ya que su profesión lo inducía a descalificar cualquier pensamiento que no fuera racional. Pero una fuerte crisis personal lo hizo tambalear y "no tuve otra alternativa que recurrir a la poesía, como ese puente hacia uno mismo, a descubrirse, a asombrarse, para bien o para mal. Fue algo existencial, sentí que si no me abrazaba a eso, era sólo una materia orgánica que caminaba", describió. Comenzó a desgranar versos "a tientas" y en un momento se dio cuenta que sus poemas se habían acumulado en su escritorio, casi gritándole un "mirá, acá estamos". Sin saber bien de qué iba todo eso, se los llevó al maestro Juan Carlos Herrera para que los leyera y le diera su veredicto, si valía o no la pena insistir en eso. "Déjemelos y venga dentro de dos semanas", le contestó. Efectivamente volvió y entonces Herrera sentenció: "Usted puede ser un buen poeta", y agregó: "Depende de su vocación y sus ganas. Lo que sí le pido es que no me haga perder el tiempo: o se dedica en serio o se va". Fue casi una "intimación", determinante para él, que terminó entregándose a esa profunda aventura. 


Desde entonces, no dejó de escribir, poesías y otras inquietudes, como su novela prima "¿Culpable?", que ya está impresa pero no llegó a presentar debido a la pandemia.


"Mis formas de escritura son muy caóticas. En un momento digo: 'Me voy a poner con la novela porque tengo que avanzar en esto', y a los diez minutos estoy con la poesía, y viceversa (risas). No tengo un método, ni puedo tenerlo. Sí la ficción exige un rigor más racional", reconoce el admirador de autores como Pezoa, Mujica, García Lorca, Atwood, Pizarnik y Darwish, por citar algunos. Y en tren de ser más claro, el artista que asegura que San Juan es tierra de muchos y grandes poetas, comenzando por "Chiquito" Escudero, describe al novelista como un marinero que debe guiarse por referencias para no llegar a cualquier lado; y al poeta como un balsero que se deja llevar por el mar.


¿Si prefiere ser marinero o balsero? "Quizás hasta son dos formas para el mismo grito. Yo lo que tengo es una tremenda vocación de expresar, de gritar, de no callar ante la injusticia -se define-. Mi vocación es decir, casi desesperadamente. Y lo hago escribiendo tal vez no por virtud sino por defecto, porque quizás no sé hacerlo de otro modo".


(CREDITO DE LA FOTO: DANIEL ARIAS. )