Con el puente iluminado, los milongueros emularon una noche de calles porteñas, en pleno centro sanjuanino.



A la luz de la luna, una noche espléndida y con el puente iluminado de la Plaza Bicentenario como telón de fondo, el segundo encuentro de San Juan Respira Tango arrancó con el pie derecho. Los Milongueros de San Juan (la asociación que organiza el evento) inauguraron la jornada invitando al público a sumarse libremente al espectáculo propuesto con varias rondas de milonga y show, que se extendieron hasta alcanzar las 2 de la madrugada. Quienes estaban más experimentados, fueron los primeros en tomar la posta y avanzaron al centro de la pista para iniciar la milonga. Mujeres y hombres de diferentes edades, algunos con vestimenta elegante y otros más informales, se mezclaron en cuestión de minutos para formar las parejas de baile y girar por la pista. Al oído, sonaban aquellos tangos de la década del 40 con las legendarias orquestas de Aníbal Troilo, Juan D'Arienzo y Ricardo Tanturi y las voces de Enrique Campos y de Francisco Fiorentino, entre otros. Después, se intercalaban otras tres piezas seguidas de milongas y vals. Mientras que en el escenario montado para el lado de Avenida Ignacio de la Roza, actuaron Patricia Vizcaíno, Hugo Cárdenas y el ballet Encanto Rojo, dirigido por Daniela Gil y Raúl Montenegro. Los milongueros tuvieron sobrados motivos para moverse al compás de clásicos inolvidables como 'Hasta siempre amor' (de Federico Silva), 'Cómo dos extraños' (de Goyeneche), 'El último Café' (de Julio Sosa), 'Baldosa floja' (de Ledesma) y 'Por una cabeza' (Gardel y Lepera); interpretados por Vizcaíno y Cardenas quienes animaron la partida. Y esto fue sólo el comienzo, porque el tango continuará poniendo el ritmo hasta el domingo con varias actividades en el marco del ciclo San Juan Respira 2018.

FOTOS:  DANIEL ARIAS

La convocatoria tuvo no sólo eco en los asiduos pasionales de la música ciudadana a mover los pies, también hubo un gran número de espectadores casuales que se acercaron a apreciar y observar todo el evento.
Patricia Vizcaíno, una de las animadoras de la velada, ejecutó un variado repertorio y mantuvo un fluido diálogo con los espectadores. 
El segmento de baile duraba cerca de 30 minutos. Eran cuatro piezas de tango orquesta y tres para milonga y vals.