¿Quién no se tentó viendo el programa de Marley y trató de probar en casa algunos de los juegos de Minuto para ganar? ¿Y quien, en ese intento, no descubrió que son mucho más difíciles de lo que parecen? De eso pueden dar fe las decenas de chicos que los viernes hacen cola en la puerta del Centro Cultural Conte Grand, donde un grupo de profes de educación física comanda una tarde llena de desafíos como los de la tele. Desde algunos más sencillos, como transportar un copo de algodón en la nariz; hasta esos que necesitan más habilidad, como embocar los lápices en un vaso, el menú es variado y se distribuye por todos los rincones del salón. Divididos en grupos -generalmente por edades-, los ocasionales participantes van rotando por todos los juegos -Puntapié, La grand sorbet, El vaso volador, Clavos equilibristas, Soplá la bola chico, Yo-yoleadora, entre otros- cada uno comandado por un profe encargado de explicar las reglas y de mirar el reloj, porque aunque no es televisión, aquí también el tiempo vuela. En un minuto (los más chiquitos tienen otra chance o tiempo extra) y a veces por equipos, los niños tendrán que superar la prueba.

"Está buenísimo. Para mí los más difíciles son el de embocar los lápices y el de las bombillitas’, cuenta Rodrigo (9) luego de haber recorrido buena parte del circuito y refiriéndose a esa estación donde con una bombillita como la de los refrescos deben aspirar hasta sujetar una lenteja de chocolate, y transportarla hasta otro lugar. Y aquí la lucha también es la de la profe, evitando que los confites terminen en las pancitas de los chicos.

"El más divertido es ese con el que tenés que voltear las botellas. No es tan fácil y te mareás un poco, pero si te concentrás lo podés hacer’ opinó la experimentada Malena (11), luego de sacarse la media de la cabeza.

Avidos de diversión, los chicos la pasan bomba en esta propuesta, a la que se puede acceder con entrada gratuita. Eso sí, como el cupo es limitado, hay que llegar tempranito para no quedarse con la ñata contra el vidrio.