Morena Rial regresó a Buenos Aires luego de varios años viviendo en Córdoba, donde hasta hizo temporada teatral. En uno de sus primeros paseos con su hijo Francesco, se cruzó con una cámara de LAM y aprovechó para aclarar que no es ninguna ladrona, como se dijo semanas atrás. También contó de qué vive y cómo logra llegar a fin de mes en medio de la crisis económica que atraviesa el país.

“Yo trabajo con las redes sociales, no tengo problema con eso. Además me ayuda mi papá”, expus. En Instagram, donde cuenta con casi 2 millones de seguidores, la joven promociona a una tarotista, un casino online y una tienda de ropa con la que organizó el sorteo de un body con transparencias.

Sus declaraciones en el programa de Ángel De Brito generaron indignación en Twitter, donde varios usuarios la mandaron a buscar un empleo digno. “Flor de soberbia”, “Dejá de rascarte”, “Me gusta su sinceridad, pero es muy vaga”, “Ponete a laburar porque Jorge Rial no va a ser eterno”, fueron algunos de los comentarios que se leyeron.

Semanas atrás, Facundo Ambrosioni, el ex de Morena Rial, decidió denunciarla luego de comprobar que se había robado siete iPhone del negocio familiar que tiene en Córdoba. Las cámaras de seguridad la grabaron en acción y la Justicia decidió imputarla. No es la primera vez que la mediática es acusada de llevarse cosas sin pagar, y ante el escándalo le habría dado una insólita justificación para que no la exponga públicamente.

“Me dijo que no es consciente de las cosas porque anda medio mal, y me pidió que, por mi hijo, no la escrache. Me preguntó si era capaz de arruinarle la vida por un celular, pero que si lo sentía que lo haga”, contó el futbolista cordobés en diálogo con Ciudad Magazine. También dio detalles de cómo fue el robo: “El dueño del local es mi hermano. Ella justo ese día había llevado el teléfono de mi hijo a arreglar, y cuando fue a retirarlo aprovecho que el personal estaba distraído y se metió detrás del mostrador”.

Por último, remarcó que el local es de su hermano, un trabajador que se levanta a las 8 de la mañana y vuelve a su casa doce horas después. “No devolvió ni uno y la verdad es que es una fortuna para un laburante, porque nadie te regala nada”, cerró indignado.

Fuente: TN