La flauta mágica, con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto en alemán de Emanuel Schikaneder, se estrenó en el Freihaus-Theater auf der Wieden de Viena el 30 de septiembre de 1791 bajo la dirección del propio Mozart, dos meses antes de su muerte.

Esta obra de Mozart tuvo éxito inmediato y en menos de un año había tenido cien representaciones en Viena y se difundió rápidamente en el resto de Europa.

Es un singspiel, un tipo de ópera popular cantada en alemán,en la que se intercalan partes habladas. Justamente es eso reside la particularidad del estreno en San Juan, que nunca se había puesto en escena una pieza totalmente cantada en alemán.

Su argumento remite a un mundo de mitos y fantasías, pero al que según algunos analistas, Mozart dotó de una significación simbólica relacionada con prácticas masónicas, logia a la que pertenecía el compositor. Aunque las interpretaciones sobre la historia son variadas, nadie cuestiona la excelencia de la composición musical, que por su complejidad requiere gran virtuosismo.

La historia comienza cuando el príncipe Tamino es perseguido por una serpiente gigante, y al escapar se adentra, sin saberlo, en el reino de La Reina de la Noche con quien llegará a un particular acuerdo: si rescata a su hija Pamina, que fue secuestrada por Sarastro, podrá casarse con ella.

Tamino emprenderá su aventura acompañado por Papageno, un singular personaje que se dedica a cazar pájaros para la Reina, armados por una flauta y un carillón mágicos.

El príncipe rescatará a Pamina, aunque descubrirá una realidad distinta a la que le había contado la Reina de la noche y en medio de templos, sacerdotes y grandes pruebas, los enamorados se unirán para derrotar a la malvada reina.