La artista y escritora María Perego, creadora del entrañable personaje Topo Gigio, falleció este viernes a los 95 años producto de un infarto que sufrió en su casa de Milán, Italia.

La noticia fue confirmada por Alessandro Rossi, administrador de Topo Gigio Srl. "Era una embajadora excepcional de la creatividad italiana; Topo Gigio parecía quitarle la vida de las manos y con ella viajó a países de todo el mundo. Era una trabajadora incansable y trabajó en nuevos proyectos hasta el final, el último de los cuales es la nueva serie de dibujos animados en Topo Gigio que pronto será transmitida por Rai Yoyo. La extrañaremos mucho", se expresó en un comunicado. 

Nacida en Venecia en 1923, nieta de un titiritero después de la Academia de Arte Dramático, María Perego inventó varios personajes, incluido Picchio Cannocchiale. Pero el verdadero éxito se produjo a principios de la década de 1960 con la creación, junto con su esposo Federico Caldura, de Topo Gigio inspirado en Mickey Mouse. En italiano, topo es ratón. Gigi es un derivado de Luigi (Luis en castellano).

El Topo Gigio surgió en la pantalla chica italiana, pero enamoró a los argentinos con sus orejas esponjosas, mofletes rosados y una vocecita que nadie pudo imitar. Desde su irrupción, el público no pudo resistir a su ternura. Movimientos graciosos, suavidad, inocencia. Su "caída de ojos" enamoró a los televidentes (un efecto marcado cuando sentía vergüenza).

En 1968 llegó al país para debutar en el programa de Teleonce La Galera. También contagió de alegría a Uruguay, por lo que terminó siendo compañero de Juan Carlos Mareco en Canal 13. Luego, irrumpió en simpáticos sketches junto a Berugo Carámbula. Y a figuras como Héctor Larrea.

A fines de los ochenta tuvo su fuerte revival en nuestro país. En 1987 Canal 11 emitió La Hora del Topo Gigio. Eso derivó en una obra teatral que desembarcó en el Tabarís en vacaciones de invierno (Las Primas del Topo Gigio, junto al grupo Las primas).

La figura de Topo Gigio también tuvo auge en el ambiente futbolístico, cuando Juan Román Riquelme popularizó su festejo sosteniendo su orejas. Una imagen que luego fue repetida por muchos otros jugadores.