Martín Elizalde, referente de la música indie argentina y fundador de Falsos Profetas, murió a causa de un accidente. Tenía 45 años. Horas antes había compartido en sus redes sociales “Por Que Rías” junto a Jorge Serrano. Seguidores del cantante y periodistas lo despidieron en las redes sociales.

“Lamentamos el fallecimiento del músico Martín Elizalde “Huevo”, exponente de la música independiente. Lideró Falsos Profetas. Como solista se destacó con discos como La Distancia Perfecta y De pie no murió cualquiera”, escribió INAMU (Instituto Nacional de la Música), en sus redes sociales.

Martín Elizalde llevó más de veinte años contando historias. Después de comandar el grupo Falsos Profetas hasta el 2014, decidió desarrollar su carrera como solista. Meses atrás, el músico habló con La Viola sobre su trabajo A la hora del calor, su sexto disco de estudio.

“A La Hora Del Calor es una frase que está en el tema que cierra el disco, Mi Kibutz. En esa canción hablo de un lugar al que iba cuando era chico y vivía con mi familia en el sur. El lugar se llama Bahía Creek, y queda ahí nomás de Viedma. Como casi todo en la Patagonia, el clima allá es muy intenso: cuando hay viento, te volás; cuando hace frío, te helás; y cuando hace calor… bueno, te metés adentro, porque es lo único que podés hacer. Entonces el título hace referencia al momento de la siesta, en especial en verano, un momento en el que hacemos lo que más nos gusta puertas adentro, lejos de la mirada de los demás. En mi caso eso siempre fue hacer canciones”, describió en la entrevista.

El artista definió al disco como “clásico y moderno”. “Clásico porque evoca una estética que tiene que ver con el rock de la década del 70. No tanto con un rock de guitarras, ni sinfónico, ni disco, ni punk, sino con formaciones que se armaban alrededor del piano, porque esa es también la década fundacional de los pianoman, con Elton, Tom Waits, Randy Newman, Warren Zevon y tantos otros. Y después el disco también es moderno porque no quisimos copiar ni hacer un homenaje a esos héroes, sino que trajimos las cosas que nos gustaban de esa época y las combinamos con elementos más actuales desde lo compositivo, la producción y la mezcla”.

A La Hora Del Calor, Martín Elizalde lo había grabado y mezclado en la Siesta, el estudio que tenía en su casa y en donde registró casi todos sus discos. “Cuando grabás en tu casa es inevitable que se te meta la cotidianidad. Las canciones de este disco son directas, simples y urbanas, en el sentido de que en su mayoría son historias que transcurren en la Ciudad. Creo que tanto desde lo musical como desde las letras es un disco bastante real, destructivo, luminoso y expansivo”, concluyó.